Cuento

Un sueño hecho realidad


Ese once de diciembre le pregunté por segunda vez a mi madre si me podía llevara la cancha, pero ella nuevamente hizo un gesto negativo con la cabeza. No me extrañabasu respuesta, ya sabía que no había un peso en mi casa. Pero insistí porque quería conocer el estadio por dentro, no desde el colectivo y además mi Lanús jugaba la final de la Copa Sudamericana.Insistí sin esperanza por tercera vez y para mi sorpresa la escuché decirme: - Bueno, vamos pero no tengo plata- frase repetida mil y una veces.
-Al menos vamos a ver la gente, la cancha, pero nada más-agregó.
-¡Ah, no! – dije, eso parece la vuelta al perro. No terminé de hablar cuando mi mamá con voz amarga me dijo: - si querés vamos, pero no hay plata hijito, vos me entendés apenas tengo cargadala Sube.
Vi dolor en sus ojos llenos de ternura; la abracé, no preparamos y salimos de la casilla.
Llegamos un rato antes de que empezara el partido, había mucha gente en las calles y dentro delestadio. Mi corazón de niño de diez años latía muy fuerte ¡Quería entrar! ¡Quería entrar! ¿Por qué no podía?. Lleno de emoción, dije en voz alta -¿Cuándo voy a tener plata para entrar a verlo?.
Mi madreme tomó fuerte de la mano y me dijo: - Vení.
-¿Qué vas a hacer?- pregunté.
-Shhh…, vos seguime.
Nos metimos por las rejas y le preguntamos a una mujer policía si podíamos entrar, pero por allírebotamos.
-Vamos mamá, no importa…
Ella seguía con la idea fija ¡Iba a entrar! ¿Por qué su hijo no podía hacer su sueño realidad?¿Por qué?
No quedamos paraditos en una de las entradas, ella muycallada escuchaba cada conversación; vio que dos hombres dejaban pasar a conocidos y de repente la oí decir a uno de ellos – No tenemos entradas, ni plata pero, por favor, mi hijo quiere conocer la canchay ver a Lanús. El hombre nos miró y con un movimiento de mano nos dijo: - Pasen.
Sentía el corazón estallar de felicidad; traspasamos la valla, entramos por un portón grande y allí frente a mis...