Cuento

Orleans
Ya nada era visible, ya todo era irreal; sombras, siluetas…oscuridad. Fuertes dolores de espalda, una que otra herida sin curar, botas azules, polera marrón, ojos grises, todo típico de unniño puro de corazón, cuya valentía era infinita. Se levantaba como si tuviera pasado y buscara un futuro, soñando mentalmente, en cada paso, con el día destinado a convertirse en héroe. No podía serde otra manera, él recibía órdenes y tenía que cumplirlas.
A su lado un ave, o por lo menos, así se autodenominaba, agitaba magistrales alas doradas que a primera vista no encajaban con cuerpo tanespantoso, desabrido plumaje y patas que imitaban los colores de fondo. Sin embargo, sus ojos, bellos abiertos e increíbles cerrados; pues, aunque muchos digan que los ojos son las ventanas del alma;eran sus párpados los que encerraban misteriosas constelaciones, vivaces, conformadas por estrellas flameantes, llenas de colores hipnotizantes que te le alejaban de la realid...
— ¡Qué estásviendo!
—Lo siento me perdí nuevamente en sus párpados, no pude evitarlo ¿Algún día me develarás la razón?
—Si continúas desobedeciéndome claro que no, ya me estoy cansando de ser yo quien ceda, nocreas que escucharte es fácil, mucho menos aconsejarte.
—Lo sé pero es que ellas… no me dejan en paz, cada vez intento ser un mejor alumno; sin embargo siempre termino usándolo de consejero —Orleansdeja dibujar una sonrisa incomoda—, además ya se hizo tarde no cree, deberíamos continuar hacia el norte.
—Con esos modales no vas a llegar a ningún lado. Vístete.
—Me pregunto si algún día notarálos nervios que me invaden al hablar. Espero algún día recordar... el por qué.
La arena salina jugaba con la brisa mientras exhalaba recuerdos; cada paso, cada mirada, cada caída, cada roce. El Solbrillaba como si no existiera mañana, impidiendo un rápido avanzar; para suerte de ambos, los bosques ya mostraban, no muy lejos, sus frondosos árboles, repletos de brillantes frutas, exquisitas a la...