Cuento

RECUERDOS
Apenas unos minutos faltan para que la ciudad se levante, las calles ahora desiertas se tornaran pronto en un torbellino de personas adormiladas que se dirigirán andando o en coche a trabajar. Pero hasta entonces todo está en calma, tan solo se escucha el leve silbido del viento chocando contra las esquinas de las casas, que no ceden ante él.
Despacio se mueve entre sombras uncurioso personaje, no se le distingue bien, su cara se encuentra disimulada con un sombrero que no deja claros sus gestos, además de esto un gran abrigo marrón afectado por el paso del tiempo y unos pantalones de pana, constituyen su atuendo. Parece no tener rumbo fijo, en cambio, se detiene varios segundos delante de algunos edificios, pasando así mismo rápidamente delante de otros. De pronto algoparece llamarle la atención, es una vieja escuela, o al menos lo fue en un tiempo mejor, se acerca hasta donde esta se encuentra, y tras unos segundos que parecen interminables, lanza un suspiro cargado de nostalgia alejándose de allí después, con la mente en otros tiempos pasados.
A partir de este suceso, su paso se vuelve menos seguro, su cabeza se ladea como si buscara algo, y de repente sevuelve a repetir lo mismo, pero esta vez con un parque no muy grande, en el cual hay un tobogán, dos columpios y apenas cuatro bancos para sentarse. Tras unos segundos de meditación y otro suspiro bastante profundo, vuelve a continuar su marcha sin mirar atrás.
El reloj de una iglesia cercana da las ocho, y empiezan a aparecer las primeras personas en las calles. Los primeros coches en movimiento,que consiguen romper el sonido hueco de la noche, dan paso a otra realidad completamente diferente, llena de ruido, luz y bostezos.
Nuestro personaje se acerca entonces a un bazar llamado, según aparece en un cartel bastante llamativo situado sobre la puerta, “Recuerdos”. Ante esto, el hombre levanta la vista y riendo murmura: “Dulce ironía”. Tras el escaparate se distinguen varios objetos útilesen la vida cotidiana, desde un pequeño jarrón de porcelana, hasta cazuelas y sartenes de no muy buena calidad. Creyendo innecesario perder más tiempo frente al establecimiento, el hombre se dispone a partir cuando de pronto su mirada se posa sobre una cajita de madera, sencilla y humilde a la vez que elegante y bonita. Algo cambia en ese momento en su cabeza, que le obliga a entrar en la tienda ypedir, casi exigiendo, al dependiente que le venda esa caja además de una pequeña pala. El dependiente malhumorado ante la repentina falta de modales, se la entrega poniendo mala cara. Una vez más relajado, el extraño hombre se da cuenta de su falta de educación y poniendo una tímida sonrisa le pide disculpas y añade: “yo tenía una igual de pequeño, pero la perdí al mudarme de ciudad”, después depagarle la caja y la pala al vendedor, sale de la tienda y sin pensarlo dos veces echa a correr hasta que sus piernas no pueden más, aferrando contra su pecho con una mano aquella cajita para evitar que pudiera caerse y con la otra mano sujetando fuertemente la pala.
Acto seguido divisa una papelería no muy lejos de donde se encuentra y en la que no hay mucha gente en su interior. Al acercarse,descubre el nombre del establecimiento en un cartel de madera apoyado contra la pared en el que puede leerse: “Tus memorias, papelería-librería”. El hombre comienza a reír y mirando al cielo murmura: “¿acaso el destino se ha propuesto reírse de mí? Sin perder mucho más tiempo se adentra en el local y esta vez con suma educación le pide a la persona que está atendiendo que le venda un sobre, unaliberta pequeña y una pluma con tinta para escribir. Una vez hecha la compra, el hombre sale a la calle y se dirige a un banco para sentarse.
Transcurridos varios minutos y con la mente más despejada, el personaje coge la pluma y apoyándose en la libreta comienza a escribir: “Yo Sheppard Dalton, dejo aquí escritos todos mis pensamientos, mis recuerdos y anhelos que viví en esta ciudad o que...