Cuento

Las coincidencias de la vida por Raúl C.
Como siempre Kiah estaba jugando futbol con mi prima. Era otro día en El Sauce. El campo estaba lleno de gente como siempre. Habían niños corriendo y muchasmujeres caminando para rebajar los kilos que habían subido durante Navidad. Decidí sentarme un momento porque ya estaba cansado de jugar. Además, por mi contextura delgada, no era apropiado. Adiferencia de esas mujeres, si yo hacía mucho ejercicio iba a desaparecer.
Desde que era joven, me había destacado por ser bien delgado. No me gustaba, más bien me acomplejaba mucho. Recordando esto, merecuerdo cuando solía utilizar dos o tres shorts debajo de mis jeans para aparentar tener más piernas en mi cuerpo Aguantaba el calor y la incomodidad por la misma vanidad
“Jesús, pasa el balón”,gritó mi mejor amiga, Kiah. Se lo pase inmediatamente pegándole con la punta del pie. Me tomo por sorpresa, estaba pensando en mi cuerpo acomplejado de antes.
De repente el sol salió con más intensidad.Eli cielo se puso más azul de lo normal. Por alguna razón los colores se miraban más intensos. Luego así de la nada mi vista se dirigió a una sola persona. Todo a su alrededor se puso opaco y solo élse miraba bien colorido. Era un chico. Era blanco, con pantalones negros semi-ajustados y camisa blanca formal. El sol solo reflejaba sus rayos hacia él. Casi como un reflector de escenario deBroadway.
Mi mente se puso en blanco, pero en el fondo escuchaba que alguien decía mi nombre. No le di importancia. Talvez no lo vería otra vez; hay que aprovechar. Luego todo se hizo aun más lento. Sucaminado lo hacía verse más elegante. Su pelo liso brillaba y se notaba como se dividía en dos partes como esos peinados de las películas de los años 20. Estaba usando unos anteojos de sol grandes y anchosque enmarcaban perfectamente su cara.
“Ha! Ba que te gustó?” pregunto Kiah, que así de la nada estaba sentada a mi lado. “Si, está bien guapo…” aclare. “Si quieres le voy a pedir su número para...