Cuento

Páginas: 7 (1664 palabras) Publicado: 4 de febrero de 2015
LA ÚLTIMA ILUSIÓN
por Julián del Casal

Yo no me suicidaré, – me decía mi amigo Arsenio, arrellanándose en un cojín de terciopelo azul, donde un dragón de oro abría sus fauces siniestras para cazar una mariposa de nácar, – yo no me suicidaré, te repito, porque me aterran los dolores físicos, por leves que sean; pero comprendo que, como muchos hombres, estoy en el mundo de más.
Estas frasesmelancólicas, dichas en voz baja (con esa voz tan baja de los seres degenerados, voz que parece extraerse de las cavidades más profundas del organismo y filtrarse luego por un velo de muselina para salir al exterior), fueron pronunciadas por mi compañero al final de una larga conversación, en la que yo había tratado de arrancarle, por todos los medios posibles, del retraimiento voluntario en que semarchitaban los días floridos de su juventud. Nome causaron extrañeza alguna, porque yo sabía que estaba dominado, desde la adolescencia, por las ideas más tristes, más extrañas y más desconsoladoras.
–Mi alma es una rosa, solía decir en ciertas horas de intimidad, valiéndose de una frase gráfica, pero una rosa que sólo atrae mariposas negras.– Así es que al oír la sombría respuesta que daba amis palabras, más bien que tratar de consolarlo, porque no hubiera hecho más que exacerbar su nerviosa sensibilidad, yo buscaba un tema para extraviar el curso de sus pensamientos, cuando lo vi incorporarse en el asiento, ponerse pálido al instante, dilatar sus pupilas grises y, moviendo su cabeza fina y altanera, tan semejante a la de algunos retratos de Clouet, oí que me decía, como si ensayaseun monólogo:
–Sí, no te quede duda, yo estoy en el mundo de más. Lo peor es que, como te he dicho, hay muchos que se encuentran el mismo caso. Solo que algunos no se aperciben de eso, mientras que yo me doy cuenta de ello con la más perfecta lucidez. ¿Has ido al campo, en la época de la siega, alguna ocasión? Si has estado alguna vez, habrás podido observar que las segadoras, después de recogidala cosecha, suelen dejar en el surco algunos granos olvidados. Ni la tierra los fecunda, ni alimentan a los pájaros. Allí se pudren, día por día, bajo el influjo del viento, de la lluvia y del sol. Eso mismo le sucede a algunos hombres. La muerte, esa visión macabra de cabellos blancos que, con una hoz de plata en la mano, en un bosque de naranjos, segando cabezas de dioses, de reyes, de guerreros,de sacerdotes y de enamorados, sufre también esos olvidos crueles. Yo soy uno de aquellos seres que, en el campo de la vida, ha dejado de recoger.
–¡Oh, cállate! – le interrumpí, – tú eres demasiado joven todavía para desesperar...
–Sí, soy muy joven, pero eso no importa: aunque tengo veintisiete años, me parece que llevo siglos dentro del corazón. La edad no es un instrumento que regulainvariablemente nuestra temperatura espiritual. Hay organizaciones que, a los ochenta años, conservan un calor primaveral, mientras hay otra que, a los veinte, se sienten heladas por los rigores del invierno más crudo, del invierno que no termina jamás. No es preciso, por otra parte, haber vivido mucho, para calcular la suma de dichas que podemos esperar. La historia del mundo nos lo demuestra en suspáginas. Hojeando cualquiera de ellas, se comprende en seguida que, tanto los bienes como los males, han sido siempre los mismos, pudiendo afirmarse que, no ambicionando los unos ni temiendo los otros, es lógico prescindir en absoluto de todos. Interesarme por la vida, equivaldría para mí a entrar en un campo de batalla, afiliarme a un ejército desconocido, ceñirme los bélicos arreos y, con las armasen la mano, combatir por extraño ideal, sin ambicionar los lauros de la victoria, ni temer las afrentas de la derrota. ¿Habrá situación más enervante, más desastrosa y más desesperada?
–Pero tú tenías antes, –le repliqué, – grandes ensueños, grandes aspiraciones.
–Sí, pero todos me han abandonado, porque todos son imposibles de realizar. Yo era como un faro encendido, frente al desierto...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Cuento que te cuento
  • Cuentos Que No Son Cuentos
  • Cuenta cuento
  • cuento cuento
  • cuento cuento
  • Cuentos Que No Son Cuentos
  • Mi Cuento Cuenta
  • Cuenta Cuentos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS