Cuento
Parte 1: ElValor de los Tratos.
En casa de la tía de ella, mientras charlaban y demás, se les anocheció a la pareja de jóvenes novios antes de que pudieran darse cuenta. Un tema, de los muchos que se tratan en una charla de horas, tomó protagonismo gracias al respeto que le demostró la tía de la joven, ella expresaba que en esa casa la estaban asustando, que le daba miedo quedarse sola, y según ella, que todoera debido a la creencia que en el pasado le había tenido a las ánimas. Él no creía en esas supersticiones, pero debido a la seriedad que había tomado a la conversación, guardó silencio y esperó expectante a que continuara.
-A veces siento como si yo les debiera algo a ellas y por eso me estuviesen atormentando. Meterme con esas cosas fue mucho más grave de lo que yo misma pensaba y todo graciasa su padre (refiriéndose al papa de su novia)
Ella, como lo había hecho durante toda la tarde, y quizás durante toda su vida asintió condescendientemente a lo que su tía les decía.
Él, permanecía en silencio, su escepticismo se desvanecía poco a poco mientras la miel de la conversación lo iba envolviendo…
-Aunque debo admitir que las ánimas me salvaron un par de veces de morir, ahora no es elcaso, pero me pregunto si es negociable que me atormenten por el resto de mis días. –Continuó la tía…
Se adentró mas la noche y los jóvenes se dispusieron a regresar. La tía les dijo que era mejor que regresaran en el bus que hacia su ruta muy frecuentemente y pasaba cerca de allí, les explicó que el camino a esa hora era peligroso. Cuando ellos salieron, a falta de bus, y pasando a la ligera lode peligroso, decidieron devolverse caminando, al fin y al cabo no estaba tan lejos, ni estaba tan tarde y a ese tipo de caminatas suelen disfrutarse cuando se está enamorado.
Debían pasar un parque, por un camino adoquinado e iluminado con farolas amarillas más o menos cada cuatro metros, a mitad del camino, se encontraron con un grupo de hombres en la próxima farola, vestidos con gabardinas detonos oscuros, gorros y guantes de lana negros, el humo de sus cigarrillos se mezclaba con el aire que salía de sus bocas cada vez que hablaban y que se condensaba por el frío nocturno… Él y su novia pensaron en devolverse, pero ya los habían visto y si algo pensaban hacerles, los atraparían sin importar que intentaran huir. Obligatoriamente entonces, avanzaron con miedo evidente, intentaban nohacer contacto visual y ella se apegaba más a su brazo, abrazándolo con ambas manos, como si quisiera ocultarse tras de él, pasaron justo frente a ellos y cuando ya pensaban que todo iba a salir normalmente bien, uno de los hombres se paró en frente, completamente serio; los demás se burlaban con risas secas y el que se puso en frente añadió:
-No sé si debería darles las gracias por el error dehaber intentado pasar por acá, a esta hora… A veces pienso que no; es decir, ¿para qué?
El hombre se acercó sigilosamente al joven para observarlo de cerca, vaciló unos cuantos segundos con malicia, lentamente sacó una navaja de su gabardina y la presionó contra el vientre del joven, lo suficientemente fuerte para solo amenazarlo, luego, con una maestría aterradora del manejo del tiempo, elsilencio y el miedo, le ordenó que le diera todo lo que llevara… el joven en realidad no tenía nada de valor. Su novia aunque intentó controlarse, rompió en llanto y con los ojos apretujados intentaba sujetarse más fuerte del brazo de él. Cuando el joven les dijo que ni él ni ella llevaban algo de valor consigo, los tipos de atrás se rieron burlonamente y el del frente sonrió mirándola a ella…
-Tú...
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