Cuento

MARIPOSAS DE INVIERNO
Estaba meditando conmigo mismo, el viento friolento chocaba contra mi rostro mientras mis sentidos se relajaban, el oído apreciaba la suave música de ColdPlay, mi olfato detectaba el aroma a café recién hecho y mi tacto sentía el calor de la taza cerámica llena de un líquido casi negro llamado cappuccino. Podías notar como la tranquilidad te rodeaba con sus brazos, elsonido de la puerta principal hiso que la mirara saliendo de mis pensamientos, una chica entro, tenía el cabello rizadamente largo y oscuro, un rojizo natural en sus pómulos con unas cuantas pecas diminutas, ojos grandes y cafés, nariz pequeña y respingada, llevaba un abrigo de cuero al igual que sus botas y una bufanda marrón cubriendo su cuello. Su belleza no era la más destacada, no era hermosa, noera fea, solo era ella.
Observe como se sentó a unas cuantas mesas de mí, un hombre bien vestido tomo su orden y se retiró dejándome apreciarla, tenía un gesto rígido para ser bella, sus ojos se enfocaban al vacío y sus manos jugueteaban entre sí, no podría decir cuánto tiempo he estado observándola, noté por la puerta transparente como el cielo se hacía gris y las hojas de los arboles bailabanhacia una sola dirección, llovería, cuando quise enfocar mis ojos en ella de nuevo sostenía con una mano una taza pequeña que echaba humo hacia su pequeña cavidad nasal, no sé el por qué la veía demasiado y aun así ella no lo notaba, cerré mis ojos para dedicarme tiempo a mí, la música ya cambio y mi taza estaba vacía, pero perdura el olor de café. Ella ya no estaba en su mesa ni en ninguna otra,desvié mi mirada a la puerta y solo note que sus rizos se movían salvajemente mientras doblaba la esquina para luego desaparecer, decidí levantarme de mi asiento e irme, estaba a punto de llegar a la puerta no muy grande y fue cuando noté que en la mesa de aquella chica había una servilleta, pero no estaba manchada por café o arrugada, tenía un dobles único así que la tome para desenvolverla, ‘leagradecería que dejara de observarme como si me quisiera secuestrar’’, sonreí levemente y reí en mis adentros, guardé aquel papel en mi bolsillo y salí de la cafetería, caminé en el transcurso de 5 minutos o más hasta llegar a casa, gire la perilla de la puerta vieja hecha hace algunos años de madera.

Mis días en la universidad eran monótonos y algo predecibles aunque no significa que nodisfrutará un poco, en el trabajo era igual, conocías nuevas actitudes y personas, pero bueno ¿qué más se podría esperar de un empleo como mesero?
Hoy estaba lloviendo muy fuerte y con una brisa descontrolada, no me importaba mucho así que tome mi impermeable y me dirigí a la cafetería. No era ansioso, sabía que las posibilidades de volverla a ver serían más de una en un millón, aun así no perdía ladiminuta fé que conservaba, ojeaba de vez en cuando la puerta cuando se oía su rechinido. Mi tarde transcurrió algo serena hasta que llego la hermosa noche que como diamantes las estrellas adornaban el cielo casi nublado.
-No me parece que sea una obsesión, más bien admiro la belleza natural- mencioné
-Bueno, eres medio psicópata, aún así me sigues agradando- ríe con mucha gracia Isabela una compañerade clase
-En fín- suspiré- dudo volverla ver, solo voy unas cuantas veces a aquel lugar- me dirigí a ella, seguimos dialogando hasta que el día sesó, anhelaba llegar a la cafetería, normalmente llegaba en horas de la tarde muy oscurecidas, pero hoy llegue a las 17 horas, mientras tomaba un café, algo casual y de cierta manera rutinario.

Horas más tarde, mientras observaba como diminutas gotascaían del hermoso cielo grisáceo, noté una mariposa posarse en mi hombro, la miré, algo simple y común, pero aun así hermosa y magistral, era realmente extraordinario verla ya que era época de invierno, era como si le gustara llevar la contraria y que creer en ella sería una extraordinaria aventura, como si luchara constantemente contra el mundo, pero entre aquella deducción el sonido de la puerta...