Cuento
Rubén siempre tenía comida metidaen los bolsillos de sus pantalones, en su chaqueta o en los compartimentos de su mochila. Parecía una tienda ambulante. Su madre le daba varias manzanas rojas, otro día su papá un par debananas. Al siguiente Su abuela una pera o un chocolate, y los viernes su abuelo un sándwich de queso y jamón. Se comía sólo una manzana y entre juego y juego mordisqueaba el chocolate.El resto terminaba olvidado en la escuela, tirado en la basura o dentro del lavarropas.
Mañana tras mañana, sus papás y abuelos seguían dándole esas distintas comidas. Y cada vez que veíanque traía algo de vuelta a casa suponían que no le había gustado y se lo cambiaban por un bocadillo, un sándwich de salame y queso, una naranja, un bollo de chocolate, un jugo de frutas ocualquier cosa que le gustara a Rubén.
Mientras en casa de Rubén siempre intentaban darle la mejor comida , Rubén se había dado cuenta que algo le pasaba a Oscar.
- ¿Por qué estástriste? Le pregunto Rubén a Oscar
- Mi papá ha perdido el trabajo y el sueldo de mamá no llega para pagar los gastos.
- ¿Por eso no puedes traer mas comida a la escuela?
- Sí, no podemosgastar tanto dinero.
Rubén y Oscar eran amigos desde el jardín y lo compartían todo siempre, inclusive los materiales en clase… Oscar y Rubén desde entonces empezaron a compartir también lacomida… el sándwich de Rubén se partía justo por la mitad. Cada uno tenía su bocadillo ya fuera una banana, una manzana o cualquier otra fruta. Cada niño comía la mitad de un chocolate y sebebían a medias el jugo. Los papás y abuelos de Rubén se ponían felices al ver que lo que le daban a Rubén ya no se perdía en los bolsillos o desperdiciaba en el tacho de la basura….
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