Cuento












ALUVIÓN DE AVENTURAS






Matías Chávez Collao
6° D

CAPITULO I
Un domingo especial.
Aquella tarde de domingo, jugábamos como todos los días en el jardín de la casa. Tenía que destruir a los zombis que aterrorizaban a Chester – ¡pégale Hank, dale con la espada¡¡- , debes derribar al caminante¡¡-, la tarde casi terminaba, podía oler el arroma del té que preparaba la mamá,escuchándose una vieja canción que papá oía en el salón, mientras fumaba su pipa y leía “El misterio del tren fantasma” o algo así.
Parecía una tarde normal, como muchas que tuve en mi infancia, llena de juegos junto a Chester, mi hermano, a veces también se sumaba Katherine, mi hermana pequeña, nos imaginábamos que salvábamos al mundo de los zombis, de los villanos, de los malvados de las películas de terrorjunto a mi espada que salvaría al mundo, pero todo cambiaría cuando fuimos a la habitación a hacer nuestras tareas, luego de la once, dando un vuelco a la historia de nuestras vidas.
Sufría con la hora de estudio de matemáticas, sentí la imperiosa necesidad de hacer una consulta a mi padre sobre aquellas fracciones que no podía resolver, a lo mejor, si hubiera entendido la materia, quizás hubierasido distinto, pero el destino quiso otra cosa.
Me acerqué al salón sigilosamente, no quería interrumpir abruptamente la lectura que tenía mi padre, al parecer muy entretenida, el humo de la pipa me permitía imaginar a ratos aquella historia misteriosa. Mientras me acercaba a la parte posterior del sillón pude percatarme que ya no leía, estaba conversando por teléfono angustiado y mi curiosidadde niño me obligó a quedarme a oír lo que estaba hablando:
No Kaplan, no accederé a esa condición, no puedes obligarme a aceptar lo que imponga Ester, eso es muy peligroso, de ninguna manera, ¡queeee, no imposible¡¡ esa gente es mala, he sabido incluso que se han perdido vidas…
La conversación terminó abruptamente con un golpe de teléfono, luego papá tomó nota en una hoja, la arrancó y se laguardó en su pantalón. Hice como recién había llegado y le pregunté sobre el problema de matemáticas, obviamente nada hizo sospechar a mi padre que yo había escuchado lo que estaba conversando.
Me costaba entender lo que explicaba papá, muy pocas veces lo había visto tan angustiado, ¿quién sería Kaplan y Ester?, ¿a que lo estaban obligando?, ¿perder vidas?, el momento terminó con una pregunta quecortó de improvisto mi cavilación - ¿entendiste?
- Heee si papá, yooo,
-muy bien hijo, entonces a lavarse los dientes y a acostarse-
La despedida fue tajante, con cariño eso sí, pero había una intrigante mirada en papá que aún la recuerdo como si fuera ayer.
Aquella noche fue larga, mi imaginación voló por mundos paralelos, sueños inconclusos, despertaba con el silencio de la noche, luego meacomodaba y sentía una conversación que era como un murmuro, una puerta que se cerraba fuertemente, un auto que arrancaba, finalmente caí en los brazos del dios de sueño, sólo interrumpido por las campanillas de mi reloj, que anunciaban un nuevo día, lleno de desafíos, pero a la vez, las ganas de estudiar se me quitaban cuando me acordaba que era lunes.





CAPITULO II
Donde está papá.Extrañamente en la mañana siguiente, mamá sirvió un desayuno menos, la falta de papá se hizo sentir, un silencio ensordecedor estuvo presente durante largo rato, hasta que se interrumpió con una pregunta de mi hermano Chester, - ¿Y papá?, ¿se quedó dormido?
-No Chester, tuvo que salir anoche, lo vinieron a buscar de su trabajo- , contestó mi madre no muy convencida, como si adivinara que algo complejopronto iba a suceder.
Papá, Benjamín Mackenna, era una persona muy amigable, querendón con sus hijos, un buen padre, pero a veces abusaba del trabajo, lo que implicaba que estaba largas horas en el salón que utilizaba para dedicarlo a su laburo, y en algunas oportunidades se le podía encontrar inmerso en una profunda lectura de misterio, las que eran sus predilectas, acompañado de su pipa y la...