Cuento

TIMADOR
Hace mucho tiempo comparado con mi corta edad, en los alrededores de mi aposento se encontraba un árbol de dulces frutos, al que visitábamos para disfrutar de su sombra refrescante y susdeliciosos brotes. Un día cualquiera movidos por la atracción del vértigo y diversión que este nos ofrece, fuimos a jugar mi hermano y yo…
De súbito y ante nuestra mirada expectante vemos salir de lanada un pequeñín con pantalón corto y haraposo con botas que a mi juicio eran inmensas para sus pies que a la vez parecía calzarlas al revés, y un sombrero que cubría su cuerpo que ante nuestrosaterrorizados ojos parecía un pequeño gigante de apariencia rara y desconcertante.
En medio del asombro le susurré al oído a mi hermano que al igual que yo estaba tembloroso ante semejante espectáculo,el inesperado visitante se fue de nuestro lado por los caminos y cafetos que alrededor estaba y llevados por la curiosidad inminente escucho una débil exclamación: ¿lo seguimos?, afirmando su opiniónnos conducimos tras él hasta el borde del cauce que nos separa de la nada.
El pequeño envuelto en magia y desconcierto para nuestra mirada inocente pasó por encima del agua sin mojar siquiera suselegantes botas que más parecían de duende. Llenos de intriga creímos poder hacerlo, y vaya sorpresa, nuestros pies se hundieron como piedra en las heladas aguas, en nuestro afán vemos que dirigehacia nosotros una mirada llena de picardía y rara a la vez.
Trajimos al recuerdo historias de los abuelos y descubrir que era ese ser mitológico y Timador y al confirmar nuestras sospechas que por susbotas parecíamos descifrar. Salimos despavoridos mientras corríamos en medio del fango que cubría el entorno los árboles se tambaleaban por la fuerte brisa que se levantaba de la nada que con ráfagasparecía todo terminar.
En la seguridad del hogar oímos el relato de que el ser timador que hacía de las suyas alrededor. Recurriendo a la experiencia de los viejos lo pudimos atacar y derrotado...