Cuento
Por Janeiro 7, 2014, (narrador)
Anahí era una pequeña indiecita que amaba profundamente su tierra. La selva, los bosques, los árboles, flores y pájaros eran tan valiosos para ella como sufamilia.
Recorría feliz los bosques, abrazaba a los árboles, acariciaba a los animales y todo mientras cantaba. Su voz era dulce como la miel y su canto agradaba a todos. Dicen que hasta las nubes laescuchaban y los ríos aquietaban sus aguas para oírla.
Anahí era pequeña, de piel morena y su carita no era muy bonita, pero su canto la hacía la más hermosa de todas las indiecitas.
Un día, se escuchó unsonido que estremeció a toda la selva. Unos extraños habían invadido la aldea para apoderarse de la tierra y todo lo que en ella habitaba.
Todos los indios salieron a defenderse y con ellos Anahí,quien a pesar de su corta edad y su pequeño tamaño, dio batalla a los invasores.
Los extraños, que no habían podido capturar ni un solo indio, tomaron presa a la pequeña y la llevaron con ellos. Seescondieron para que los indios creyesen que el peligro había pasado y fuese más fácil capturarlos luego.
Anahí no tuvo miedo, era una niña muy valiente. Esperó pacientemente a que llegase la noche yaprovechando que los indios malos dormían, escapó.
Se escondió en la selva, en medio de sus amadas plantas, La nubes cubrieron a la luna para que la oscuridad ayudase a la pequeña. Los pájaros callaron ylos ríos aquietaron sus aguas. Toda la naturaleza ayudaba a Anahí para que los invasores no despertaran hasta que la pequeña estuviese a salvo.
Por la mañana, al despertar los invasores, descubrieronque la indiecita había escapado. Muy enojados, salieron a buscarla dispuestos a volver con la pequeña. Recorrieron toda la aldea, el bosque y por último la selva entera. Cuando ya parecía que Anahíestaba a salvo, un hombre blanco la descubrió y la volvió a llevar con los enemigos.
– Esta vez no podrás escapar, yo te enseñaré quién manda aquí – dijo el hombre blanco y ató a la niña a un árbol –...
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