Cuento
lo que hace, pero sabe llevar una nota y actuar lo suficientemente normal para no levantar
sospechas en la dispensa de químicos. Es un truco sacado de televisión, ya había usado el
ácido en la universidad para quemar baquelitas, no seria dificil. es un acido muy fuerte y de verdad esperamos que pueda deshacerlo todo.
No era necesario hacerlo, a decir verdad el desgraciado estaba contando todo, pero creo que
Sebastian estaba cansado, él era quien más aguantaba sus abusos y sus amenazas. Desde
que Fabio había entrado al negocio había sido un dolor de cabeza para todos los del grupo; un
día promete que nos ayudará a entrar y vamos a estar seguros y al día siguiente, él mismo, está trayendo las facturas que "aseguran" nuestra protección. Pero de seguro fue Sebastián
quien más tuvo que aguantar de él, ya había cancelado 2 facturas en menos de 3 meses y eso
era excesivo incluso con su nuevo sueldo. Pagó sin discutir la primera vez, como todos en el
barrio, por lo menos los que nos mantenemos con vida, pero la segunda era más de lo que se podía permitir, aún así, sacó el dinero de su bolsillo tan rápido como fue posible con un brazo
roto. Justo en frente de Fabio, el que fue su amigo, el de todos, y que ahora se encarga de
extorsionarnos.
Ya era algo muy conocido en el barrio, empezaron con acabar con todos los mendigos,
ladrones, jíbaros y con las personas que no pasaron su "investigación de mercado". Caían en las calles frente a todo el mundo sin que nadie se atreviera a decir nada, los buscaban en sus
casas y los sacaban a plena luz del día para sus ejecuciones públicas; fueron días difíciles de
llevar. Hubo quienes quisieron acudir a la policía, no fueron muchos, pero con el tiempo la
policía temía entrar en esta parte del pueblo, también están atemorizados.
Pero este día todo acaba, llevamos meses preparando el golpe y aun no es tiempo, pero si no actuamos hoy no habrá otra oportunidad para hacerlo, no para mi.
Me levante como era costumbre a las 7, luego de pasar algunas hojas de vida y presentar 2
entrevistas fallidas, me dirigí a la calle del comercio, al pequeño local de videojuegos; ya no
luce como antes, lo recuerdo con estantes llenos de una envidiable colección de consolas; ahora llenas de polvo y partes viejas, todo se ha vendido y no han vuelto a llenar las vitrinas
que no hay dinero para hacerlo.
"Buenas tardes" sonrio, eso creo "necesito un adaptador, no puedo vender mi consola sin uno"
"todavía no paga la factura?" me contestó el vendedor sin intentar esconder su frustración.
"no, y ya no me queda mucho tiempo, pero si vendo esta consola hoy puede que logre
completar el pago" Mi sonrisa se desvanece con la idea de vender mi última posesión preciada, sin embargo de
nada sirve tenerla en casa, ya no hay un televisor para conectarla, igual que se fueron las
guitarras, el computador y todo lo que representara algo de dinero.
El vendedor alcanza un adaptador viejo con muy mal aspecto pidiendo el doble de precio del
nuevo; así que le agradezco y no compro nada, no tengo suficiente para comprarlo y no puedo gastar dinero en este lugar, la entretención ya no vale cuando pagas por tu vida.
caminando de vuelta a casa veo a Diana corriendo y balbuceando hacia mí, apenas le puedo
entender "es Fabio, llego a cobrar la factura".
¡Eso no debía pasar!, ¡todavía no!, tengo dos días más de plazo, aún así corro porque sé de lo
que es capaz Fabio y necesito detenerlo, necesito tiempo!!.
Cuando regrese a casa Sebastián ya está ahí charlando con Fabio tratando de hacerle reír sin
mucho éxito. Los saludo con un ademán del rostro y empiezo mi súplica como ya es bien
conocida:
"viejo, me quedan dos días, ya habíamos hablado, usted me prometió esperar, todavía no
tengo la plata"
a lo que él contestó sin siquiera volver la vista hacia mi "ya le he dado mucho tiempo, y la ...
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