Cuentos cortos

Julio César Yescas Sánchez


La Invitación


En torno de una mesa del bar en el prestigioso hotel Sheraton del centro de la ciudad, se encuentra Don Roque, un exitoso empresario que gusta de los vinos caros, juegos de azar y las apuestas. Se dio cita esa noche para degustar un buen vino en sola compañía de sus ambiciosos pensamientos, buscando un porvenir más fastuoso aún. De tanto entanto liberaba sonrisas diminutas con tintes perversos resultantes de un sin fin de ideas millonarias que lo abordaban.

En un acto discreto, un mesero se acerca con botella en mano a pedir catado y aprobación de la bebida, Don Roque accede y degusta el vino, está exquisito; se lo hace saber al empleado pero de igual manera comenta que él no ha encargado dicha botella. Su duda es aclarada alescuchar que es cortesía de un caballero en la barra. Esto no es algo que pase muy a menudo, no es precisamente querido dentro del medio en que se desenvuelve; si alguien le preguntara el por qué, diría arrogantemente que lo envidian.

Ante el desconcierto, asomó la cabeza discretamente por un costado del mesero y vió a un joven de no más de 30 años, vestido elegantemente con un traje negro queencajaba perfecto a los hombros, camisa gris Oxford que realzaba el tono blancuzco de su piel, corbata color vino con bordados negros; un porte generoso de firmes facciones; quijada cuadrada, prominentes pómulos, mentón señalado y luminosos ojos oscuros cual noche estrellada. Don Roque insiste en saber quien es, pero el mesero no lo sabe, la curiosidad lo vence e indica al mesero que el caballero puedeacompañarlo.

Desde su ubicación el joven caballero agradece el gesto, toma su copa y se dirige a la mesa. Una vez ahí, extiende un saludo encontrando la mano de Don Roque y toma asiento tras el señalamiento del anfitrión.

El joven comenzó la plática diciendo - “Usted y yo no somos tan diferentes ¿sabe?” - con asombrosa confianza y no menor arrogancia que su acompañante, muestra una sonrisaautoritaria que deja en claro que no es un joven cualquiera.

Ante tal insolencia, el viejo empresario responde - “puedo notar que tiene buen gusto para vestir y de igual manera en los vinos, que es seguro e insolente como lo fui yo a su edad, así que puedo decirle que de seguir ese sendero, usted tendrá mucha fortuna” - le brindó una sonrisa aun más arrogante y confiada.

La réplica deljoven no se hizo esperar - “Como lo dije, no somos tan diferentes, pero créame, no somos iguales” - la forma incisiva de hilar sus palabras y el tono sarcástico arrancaron una desdeñosa sonrisa a su interlocutor.

Don Roque, acostumbrado al trato osco de propios y ajenos, no pudo evitar sentirse retado y quiso dejar claro que no sería sencillo pasarlo por alto - “Dígame joven, ¿Qué le hace austed pensar que está a mi nivel? -.

Con afanosa confianza y cinismo, el joven dijo - ¿A su nivel? Yo nunca hable de que yo estuviera a su nivel, más bien usted no esta al mío y se lo voy a demostrar - El rostro de este peculiar acompañante comenzaba a mostrarse diferente, leves asomos sombríos; sus ojos primero luminosos perdieron un grado de destello, cosa que al experimentado empresario leintrigó de sobre manera.

Y vaya personaje misterioso que resultaría. Comenzó con una retahíla de triunfos personales, pasando por premios de reconocidas universidades nacionales y extranjeras, valiéndose de frases en lenguas extranjeras alardeando el obvio manejo de múltiples idiomas, champando éxitos empresariales que enlistaban mas que los de su acompañante, el cual le doblaba en edad. Noconforme, se sirvió del vino que ya se encontraba en la mesa y no el que él mismo había brindado, lo hizo a manera de insulto y con aires de territorialidad.

Don Roque lo dejo terminar, estaba bastante irritado por el golpe a su ego, un hombre de su alcurnia difícilmente se llega a sentir tan insultado y amenazado. Sabía que el joven tenía razón, pero no quedaría como un tonto frente a él. Esquivar...