Cuentos De Ernesto Sabato

Páginas: 20 (4978 palabras) Publicado: 8 de enero de 2013
ERNESTO SABATO
ERNESTO SABATO

ANTE LA LEY

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián ysolicita que le permita entrar en la ley. Pero el guardián contesta que por ahora nopuede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar. –Es posible –dice el portero–, pero no ahora.La puerta que da a la ley está abierta, como de costumbre;cuando el guardián sehace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se ríe y le dice: –Si tanto es tu deseo, haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Perorecuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salóntambién hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián estan terrible que no puedo soportar suaspecto.El campesino no había previsto estas dificultades; la ley debería ser siempre accesiblepara todos, piensa él; pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su narizgrande y aguileña, su barba larga de tártaro, rala y negra, decide que le conviene másesperar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse a un costado de lapuerta. Allí espera días y años. Intenta infinitas vecesentrar y fatiga al guardián consus suplicas. Con frecuencia, el guardián mantiene con él breves conversaciones, lehace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntasindiferentes, como las de los grandes señores, y para terminar, siempre le repite quetodavía no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas parael viaje, sacrifica todo, por valioso que sea,para sobornar al guardián. Este aceptatodo, en efecto, pero le dice: –Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo.Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: Seolvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la ley.Maldice su mala suerte, durante los primeros años temerariamente y en voz alta; mástarde, a medida queenvejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como ensu larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de sucuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián.Finalmente su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz o si sólo loengañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, quesurgeinextinguible de la puerta de la ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir,todas las experiencias de estos largos años se confunden en su mente en una solapregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que seacerque, ya que el rigor de la muerte endurece su cuerpo. El guardián se ve obligadoa agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entreambosha aumentado con el tiempo, para desmedro del campesino. –¿Qué quieres saber ahora? –pregunta el guardián– Eres insaciable.
–Todos se esfuerzan por llegar a la ley –dice el hombre–; ¿cómo es posible entoncesque durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar? –Nadie podría pretenderlo, porque esta entrada era solamente para ti. Ahora mismo voy a cerrarla.

LA MUERTE DEL DELFIN

Elpequeño Delfín está enfermo, el pequeño Delfín va a morir... En todas las iglesiasdel reino el Santo Sacramento permanece expuesto día y noche, y grandes ciriosarden permanentemente en pos de la curación del Real Infante.Las calles de la vieja Residencia están tristes y silenciosas; las campanas ya no suenan,los carruajes van al paso... En los accesos al palacio los burgueses observan, curiososatravés de las verjas, a los Guardas Suizos de doradas panzas conversando, en lospatios, con gesto solemne.Todo el Palacio está consternado... Chambelanes y Mayordomos suben y bajancorriendo las escaleras de mármol... Las galerías están repletas de Pajes y Cortesanos, vestidos de seda, que van de un grupo a otro buscando noticias, en voz baja... Sobrelas anchas escalinatas las afligidas Damas de...
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