Cuentos de Italo Calvino

Páginas: 13 (3138 palabras) Publicado: 24 de marzo de 2013
Dos cuentos populares italianos contados por Italo Calvino
________________________________________
Garbancito y el buey
Había un hojalatero que no tenía hijos. Un día su mujer estaba sola en la casa y hacía hervir unos garbanzos. Pasó una mendiga y pidió una escudilla de garbanzos como limosna.
—No es que a nosotros nos sobren los garbanzos —dijo la mujer del hojalatero—, pero donde comendos también comen tres: aquí tiene una escudilla y apenas los garbanzos estén cocidos, le doy un cucharón lleno.
—¡Por fin encontré un alma bondadosa! —dijo la mendiga—. Mire: yo soy un hada y quiero premiarla por su generosidad. ¡Pídame lo que quiera!
—¿Qué puedo pedirle? —dijo la mujer—. El único disgusto que tengo es el de no tener hijos.
—Si no es más que eso —dijo el hada, golpeando lasmanos—, ¡que los garbanzos en la olla se le vuelvan hijos!

Ilustración de Emanuele Luzzati para El Pájaro Belverde.
El fuego se apagó, y de la olla, como garbanzos que hierven, saltaron afuera cien niños, pequeños como granitos de garbanzos y empezaron a gritar: —¡Mamá, tengo hambre! ¡Mamá, tengo sed! ¡Mamá, álzame en brazos!—, y a desparramarse por los cajones, las hornallas, los tarros. Lamujer, asustada, se agarró la cabeza: —¿Y cómo hago ahora para sacarle el hambre a todas estas criaturas? ¡Pobre de mí! ¡Lindo premio que me dio! ¡Si antes, sin hijos, estaba triste, ahora que tengo cien estoy desesperada!
—Yo creí hacerla feliz —dijo el hada—, pero si no es así, ¡que sus hijitos vuelvan a ser garbanzos! —y golpeó otra vez las manos.
Las vocecitas no se oyeron más y en lugar de loshijitos había sólo muchos garbanzos desparramados por la cocina. La mujer, ayudada por el hada, los recogió y volvió a ponerlos en la olla; eran noventa y nueve.
—¡Qué raro! —dijo el hada—, hubiera jurado que eran cien.
Después el hada comió su escudilla de sopa, saludo y se fue.
Al quedarse a solas, la mujer sintió nuevamente una gran tristeza; sintió ganas de llorar y decía: —¡Oh, si por lomenos me hubiera quedado uno; ahora me ayudaría, y podría llevarle de comer a su padre al taller.
Entonces oyó una vocecita que decía: —¡Mamá, no llores, aún estoy yo!—. Era uno de los hijitos, que se había escondido detrás del asa de la jarra.
La mujer sintió una gran alegría: —¡Oh, querido, sal afuera! ¿cómo te llamas?
—Garbancito —dijo el niño deslizándose por la jarra y poniéndose de piesobre la mesa.
—Muy bien mi Garbancito —dijo la mujer—, ahora tienes que ir al taller a llevarle de comer a papá—. Preparó el canasto y lo puso sobre la cabeza de Garbancito.
Garbancito comenzó a andar y se veía sólo el canasto que parecía caminar solo. Preguntó cuál era el camino a un par de personas y todas se asustaban proque creían que era un canasto que hablaba. Llegó al taller y llamó:—¡Papá, papá, ven: te traigo de comer!
Su padre pensó: “¿Quién me llama? ¡Yo no he tenido nunca hijos!” Salió y vio el canasto y debajo del canasto salía una vocecita: —Papá, levanta el canasto y me verás. Soy tu hijo Garbancito, nacido esta mañana.
Lo levantó y vio a Garbancito. —¡Muy bien, Garbancito! —dijo el padre, que era tachero—, ahora vienes conmigo, porque debo ir a recorrer las casa de loscampesinos, para ver si tienen algo roto que yo pueda arreglar.
Y el papá se puso en el bolsillo a Garbancito y se encaminaron. Por el camino no hacían más que charlar y la gente veía al hombre que parecía hablar solo, y parecía estar loco.
Preguntaba en las casas: —¿Tienen algo para soldar?
—Sí, tendríamos algo —le contestaron—, pero a usted no se lo damos porque está loco.
—¿Cómo loco? Yo soy máscuerdo que todos ustedes. ¿Qué están diciendo?
—Decimos que por la calle no hace más que hablar solo.
—Pero no hablo solo. Conversaba con mi hijo.
—¿Y dónde tiene a ese hijo?
—En el bolsillo.
—¿No ve que tenemos razón? Está loco.
—Bueh, se lo muestro —y sacó del bolsillo a Garbancito montado en uno de sus dedos.
—¡Oh, qué lindo hijito! Póngalo a trabajar con nosotros, haremos que...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Italo calvino
  • Italo Calvino
  • italo calvino
  • italo calvino
  • Italo Calvino
  • ANALISIS TEXTO ITALO CALVINO
  • Juegos sin Fin de Italo Calvino
  • El barón rampante, italo calvino

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS