cuentos de terror
Apenas bajaba el sol, la gente de la comarca huía hacia sus viviendas. Las casas estaban separadas por huertas y cultivos de trigo, y rodeaban la comarca empinadas montañas, de cimas blancas en lo alto, y negros bosques más abajo. Las viviendas estaban unidas por angostos senderos, trillados por el paso de las cabras, y por las noches, por los senderos patrullaban los hombresmás fuertes de la comarca, llevando antorchas en las manos, y como armas los herramientas de trabajo.
Las brujas asolaban aquella zona, y sus carcajadas resonaban por las noches heladas, y niños y adultos temblaban en sus camas, y aullaban los perros elevando sus hocicos hacia el cielo. En una noche de luna, Rómulo no conciliaba el sueño, y se levantó de la cama, espiando luego hacia afuera, através de una rendija que se formaba entre las maderas que tapiaban la ventana.
Solamente veía parte de la comarca: la esquina de un trigal, tres casas vecinas, y avanzando lentamente, el resplandor de las antorchas de los vigilantes, y tras todo eso, la silueta de una montaña, con su cima brillando bajo la luna.
Cuando miró hacia el cielo, vio pasar volando a una bruja; iba sentada sobreuna silla, y levitaba muy alto sobre la comarca. Rómulo se apartó de la ventana con espanto, y su corazoncito latió fuerte. Aún aterrorizado, volvió a espiar por la rendija, y vio la cara de la bruja casi pegada a la ventana. El terror lo paralizó. La bruja, que era horrible, lo señaló con el dedo, y se relamió los delgados y arrugados labios. Pero la bruja no vio que los vigilantes se leacercaban, cuando giró hacia ellos, ya un hacha surcaba el aire, describiendo un semicírculo, y tras un golpe la cabeza de la bruja rodó por el pasto; mas su cuerpo siguió de pié, tirando manotazos al aire, y caminando después hacia sus matadores, comenzó a seguirlos con sus brazos extendidos. Otro golpe de hacha partió en dos la cabeza, y el cuerpo finalmente cayó. Esa noche ardió una hoguera, y en ellalos restos de la bruja.
LA FOTO DEL PAYASO
Esteban estaba por abrir la puerta que da a la calle, cuando de repente escuchó una risita burlona. Se volvió hacia el corredor por donde había venido, y escuchó con atención; sólo había silencio. Los alumnos y las maestras se habían retirado, y las sombras de la noche ya envolvían el patio de la escuela. Los salones que durante el día rebosaban deinquietos niños, ahora estaban vacíos e inmóviles en la penumbra, aunque algo insano saturaba el aire, y la temperatura había descendido. Esteban era el director de aquella escuela. Aunque ahora no escuchaba nada, estaba seguro de haber oído una risita disimulada, como de alguien que se burla a espaldas de uno. Volvió sobre sus pasos y empezó a revisar los salones. El aire estaba tan frío que sualiento se veía como si fuera una bocanada de humo. Llegaba al final del corredor cuando desde el último salón brotó el estruendo de una carcajada, y Esteban se estremeció al reconocerla: Era la carcajada de aquel payaso que muriera en la escuela.
Había animado una fiesta escolar durante varias horas, cuando de pronto cayó al suelo y comenzó a convulsionar.
Los niños creyeron que era parte desu espectáculo, y se echaron a reír, y hasta algunos comenzaron a imitarlo arrojándose al piso. Sólo una maestra advirtió la angustia en los ojos del payaso, pero ya era demasiado tarde; murió allí mismo, entre las risas de los niños. Enseguida de la carcajada, la aparición del payaso asomó la cabeza y una mano, y lo saludó con un gesto, para luego saltar hacia el corredor. Se elevó en el aire yse abalanzó volando rumbo a Esteban, al tiempo que lanzaba su risotada aterradora.
Esteban corrió hacia la puerta, con la aparición volando tras él. Salió a la calle como una exhalación y no paró hasta llegar a su auto, no volteando en ningún momento.
Ya en su casa, pasado el momento de terror, Esteban reflexionó largamente sobre el asunto. Concluyó que haciéndole un homenaje al payaso, tal...
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