Cuentos Ticos
Cuentos Ticos En 1901 publicó “Cuentos Ticos”, libro ameno donde Fernández Guardia pretende abandonar los escenarios europerizantes y exóticos y asumir los temas y escenarios nacionales aunque sin abandonar su posición europeizada, posiblemente como respuesta a las acusaciones por su falta de patriotismo. Don Ricardo, que fue unreconocido historiador, en este libro asume un papel de cronista, para rescatar temas como la Batalla de Rivas y al mítico héroe Juan Santamaría. No obstante, no se puede eludir las percepciones negativas hacia lo criollo como “incivilizada”, “bárbaro” en una posible contraposición a lo europeo. Un Héroe Todos conocíamos con el sugestivo apodo de Cususa a un pobre zapatero de ojos azules pequeñito,perdidos debajo de la espesura hirsuta de unas cejas grises, que cuando se rasuraba producía la cómica impresión de que los bigotes se le hubieran subido a la frente; pero como no solía a menudo ponerse en contacto con el barbero, lo más común era verlo con la cara cubierta de cerdas que le daban cierto aspecto de ferocidad, temperado por la dulzura intensa de la mirada. El distintivo del carácterdel zapatero era la alegría, una alegría loca, irresistiblemente comunicativa. Cuando al pasar por alguna taberna se oían gritos, risas, música y bailoteo, no había que preguntar la causa. Sólo Cususa era capaz de convertir en jolgorio la díscola tristeza de los bebedores de aguardiente. Detestaba las pendencias y siempre estaba listo a interponerse para evitarlas, callando a fuerzas de buen humorlas interminables disputas entre beodos. Pero si persistían las dimensiones degenerando en camorra, el festivo zapatero 1
cambiaba de argumentos y con dos mojicones bien pegados restablecía el orden, porque era forzudo y valiente hasta la temeridad. Referíase de él, entre otros, un lance que tuvo con un matón muy temido que regresaba del presidio de San Lucas. Bailaba Casusa en una vinateríaal son de la guitarra, cuando el bellaco, irritado sin duda por la alegre algazara que metía el buen hombre, sacó un puñal y cortó las cuerdas del instrumento. Hubo un destello en las pupilas del zapatero. De un salto se puso al lado del agresor, y agarrándole por la muñeca con violencia terrible, se la retorció hasta que le hizo soltar el puñal. Después, mirándole de frente con expresión deprofundo desprecio, le escupió la cara, gritándole repetidas veces: “¡Asesino! ¡Cobarde!” El bandido abandonó el campo profiriendo amenazas, pero nunca se le volvió a ver en los sitios que frecuentaba Cususa. La embriaguez del zapatero no era constante, como pudiera creerse. Dos y tres semanas transcurrían sin que probase una copa, metido en el taller, trabajando con ahínco, porque le sobraba la...
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