Cuentos
CUENTOS ARGENTINOS.
Yo te curaré,
Dijo el pequeño oso
La historia
de cómo una vez el tigre
estuvo enfermo
Había una vez un pequeño tigre que salió del bosque cojeando, ya no podía andar más, ni tenerse en pie, y se cayó al suelo. Y allí se quedo tumbado en mitad de la pradera. Inmediatamente llegó corriendo el pequeño oso y gritó:
-¿Qué te pasa, tigre,estás enfermo?
-¡Oh, sí!, estoy enfermo – exclamó el pequeño tigre-, ya no puedo casi ni moverme.
-Tampoco es tan grave- dijo el pequeño oso-; yo te curaré.
El pequeño tigre no había recogido ningún hongo ni había escrito durante la excursión ninguna carta al pequeño oso y ni siquiera había arrastrado su patito- tigre.
-¿Por dónde te duele más o menos?- preguntó el pequeño oso-, ¡a ver!
-Aquí-dijo el pequeño tigre y señaló la zarpa.
-Y también la otra zarpa. Y las piernas también, y delante y detrás y a derecha y a izquierda y arriba y abajo.
-¿Por todas partes?- preguntó el pequeño oso-; entonces te tendré que llevar.
Y se lo llevó a casa.
-Pero tú tienes que vendarme- gritó el pequeño tigre.
-Claro que sí- dijo el pequeño oso, y en casa tumbó al pequeño tigre sobre la mesa como unmédico de verdad.
-Primero la zarpa- dijo el pequeño tigre, y el pequeño oso le vendó la zarpa primero.
Una zarpa.
Y después la otra.
-Ahora las piernas-dijo el pequeño tigre. Y el pequeño oso le vendó las piernas.
-¿Y ahora dónde?
-La espalda- dijo el pequeño tigre.
Pero cuando se venda la espalda también hay que vendar el pecho. Así, el pequeño oso le vendo la espalda y el pecho todoalrededor y como la venda no se acababa vendó al pequeño tigre de arriba abajo.
-La cabeza no- dijo el pequeño tigre-, porque a lo mejor tengo que toser un poco.
Cuando el pequeño tigre ya estaba vendado se encontró un poco mejor.
Pero después se volvió a encontrar un poco peor porque tenía hambre.
-Te cocinaré algo bueno- dijo el pequeño oso-; dime cuál es tu plato preferido.
-Trucha saltarinacon salsa de almendras, patatitas y pan rallado.
-No tenemos- dijo el pequeño oso-; di otra cosa.
-Macarrones con salsa de almendras y pan rallado- dijo el pequeño tigre.
-Tampoco tenemos- dijo el pequeño oso-; di otra cosa.
-Pan rallado- dijo el pequeño tigre, pero no tenían ni eso.
-Entonces di ¡Sopa! – dijo el pequeño oso.
-Sí, sopa- exclamó el pequeño tigre-, eso es justo lo que queríadecir.
-Y de postre, pequeñas frambuesas del jardín- dijo el pequeño oso.
Entonces cocinó una sopa sabrosa de patatas y zanahorias del jardín. Le añadió unas hojas de perejil y unas gotas de aceite y cuando se lo comió, el pequeño tigre se volvió a encontrar un poco mejor, pero después se volvió encontrar un poco peor porque quería dormir tranquilamente.
-En la cama- dijo el pequeño oso.
-En elsofá de terciopelo con las almohadas blandas- dijo el pequeño tigre-, pero tapado con la manta del leopardo.
Y el pequeño oso acostó al pequeño tigre en el sofá de terciopelo de las almohadas blandas y lo tapó con la manta de leopardo.
Y el pequeño tigre durmió un rato.
Cuando se despertó se volvió a encontrar un poco mejor.
Pero después se volvió a encontrar un poco peor porque queríatener visitas.
El pequeño oso se fue al jardín y por el teléfono de manguera llamó a la tía oca a través de la centralita subterránea del topo.
-Sí, ¿Quién habla?, ¿es la tía oca?
-Sí, aquí oca. Puedo escucharte muy bien. ¿Quién es?
-Oso. Soy el pequeño oso. El tigre está enfermo, pero yo lo curaré…
-¿Qué tigre? – preguntó la tía oca.
-Pues, ¡nuestro tigre! – gritó el oso.
-Ah, entonces,ahora mismo voy para allí… - y en un santiamén estaba allí la tía oca. Había volado un tramo sobre el campo, después había atravesado a nado el río y los últimos once metros desde el río hasta la casa los había hecho corriendo con su contoneo característico.
-Le he traído jugo de nube- dijo la tía oca-, que es bueno para todo y nunca sienta mal.
Después de haber bebido un vasito de jugo de nube...
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