cuentos
Una vez Tío Tigre venía merodeando buscando con qué alimentarse. En eso un fuerte viento hizo caer una rama sobre Tío Tigre y este quedó atrapado.
Tío Tigre comenzó a gritar, con la suerte de que por ahí pasaba Tío Buey. -¡Ay, Tío Buey, sáqueme de aquí! ¡No, Tío Tigre, usted es malo! -Por favor, Tío Buey, le prometo que voy hacer bueno. No me lo voy acomer.
Entonces Tío Buey, que tenía buen corazón, se acercó y le dijo: -Yo voy a levantar la rama hacia arriba y en lo que yo empuje, usted se zafa. Y así fue. Pero Tío Tigre, al sentirse liberado, se olvidó de la promesa y ya quería comer al Tío Buey. -¡Eso no es justo, Tío Tigre! –Es que tengo hambre, Tío Buey- se excusaba Tío Tigre.
Mientras estaban discutiendo pasó Tío Conejo y les dijo: -¿Porqué discuten tanto? – Sírvanos usted de Juez, Tío Conejo – pidió Tío Buey. –A ver. Cuéntenme el asunto – les dijo Tío Conejo, que estaba sobre una piedra.
Y Tío Buey le contó el caso. -¡No lo entiendo!, dijo Tío Conejo. -¡Por favor, Tío Conejo! Sí está muy claro – intervino Tío Tigre- Y le repitió el motivo del pleito.-No lo entiendo- dijo otra vez Tío Conejo.
-Se lo vamos a explicar- le dijeronTío Tigre y Tío Buey. –Resulta que Tío Tigre estaba debajo de esta rama, que lo tenía preso.
-Vamos a hacerlo, para que lo vea bien. Y el Buey volvió a levantar la rama y Tío Tigre se puso debajo. Entonces Tío Conejo le dijo al Tío Buey: -¡Suelte la rama, Tío Buey! Y Tío Tigre quedó otra vez atrapado.
-¡Este es mi fallo! – dijo Tío Conejo- Usted, Tío Buey, váyase libre, y que el Tío Tigre sequede preso por malintencionado. Y ahí se quedó Tío Tigre: más bravo que ají chirel.
Cuento Popular
La Cucarachita Martínez y el Ratón Pérez
Estaba la Cucarachita Martínez barriendo el sótano de la cueva bajo la mirada vigilante y ceñuda de Misia Rata, cuando se encontró un mediecito. En el primer instante palideció: quedó inmóvil, fría de emoción, las dosmanos temblorosas apoyadas en el palo de escoba y el corazoncito disparado en loco vértigo. ¡Ay de ella si hubiese perdido la serenidad!
La Cucarachita Martínez, rápida como una lanzadera de telar, había recogido el mediecito del suelo y lo guardó en el bolsillo del delantal.
¿Es verdad que la Cucarachita Martínez se encontró un mediecito? -preguntó el Cocuyo, apareciendo por la ventana.
-Sí,es muy cierto -contestó el Doctor Burro-. La versátil diosa de la fortuna ha querido hacerle don de uno de sus alígeros favores, y ha nimbado su casta frente con el áureo resplandor de la riqueza.
El Doctor Burro sacudió las largas orejas, muy satisfecho; se sacó del bolsillo interior de la levita una libreta con lapicero de oro, unidos ambos por una cadena también de oro; se acomodó los lentes yapuntó la frase que acababa de improvisar. Sería una lástima que se perdiera, e hizo el propósito de desarrollarla luego en un hermoso discurso que pronunciaría en la Academia.
-Mí queridísima Cucarachita, ¿cómo estás? ¿cómo te va? Dichosos los ojos que te ven. ¡Ay niña! Pero si estás de lo más bien... ¿Cómo haces tú para lograr milagros de belleza? ...
La Cotorra hablaba desbocadamente,emanando perfumes diversos y penetrantes, con una carterita de lentejuelas azules en una mano y en la otra una larguísima boquilla, en cuyo extremo humeaba un cigarrillo perfumado-.
Precisamente, continuó- tengo algunas “toilettes” encantadoras que te harán mucho favor con ese talle cimbreante que tienes. ¿Por qué no te acercas un momentico hasta mi casa de modas? ¿Sabes?, tengo un establecimiento muy“rrafiné”. Se llama el "Desván Bleu”
-¿Tengo el honor de hablar con la Cucarachita Martínez? ¡Tanto gusto, señorita! Yo soy Pica-y-huye, “reporter” de "El Animal Independiente". Ya lo sabe usted nuestro primer diario informativo. Y diciendo y haciendo, Pica-y-huye extrajo en seguida un lápiz y un cuaderno, y se dispuso a copiar lo que le contestase la Cucarachita; mientras su compañero el Jején...
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