Cuentos

“Ding, dong”
Vaya, sabía que vendría pero no que fuera tan puntual.
Las 4:00pm en punto. Creí que al menos tendría oportunidad de fingir que estaba dispuesta a comer en el momento, pero no me dio tiempo ni de eso. Justo pasaba yo por la puerta y me desvié para abrir.
Aún con la puerta un tanto opaca por el bao del vidrio, reconozco su menuda figura. Esa posición en la que se para, tan a laexpectativa. Tengo 2 años de no verla y aún recuerdo lo más esencial. O eso creo.
- Hola – no es que no me diera gusto verla, es sólo que hace un frío horrible y lamento tanto abrir la puerta , que fuera quien fuera, contestaría con desánimo.
- Hola – No puedo decir que no ha crecido, soy menor que ella y crezco a la par, probablemente nunca dejaré de ser la más alta.
- Jaja, viniste. –sorprendida.
- ¿Creíste que no lo haría? – mete sus manos en su chamarra y se encoje.
- ¿Honestamente? – me sonrió. Miro cómo se tambalea de un lado a otro, tal y como hacía en los días de escuela, cada mañana antes de meterse al salón - ¿Quieres entrar?
- Es tentador el cálido ambiente que se nota ahí, pero preferiría que caminemos un rato, si gustas.
- Sí, claro. Espera un segundo. – dejo la puertaentre abierta y aún no puedo creer que viniera. – Sarai… - llamo a mi prima.
- ¿Mande?
- Ha venido una amiga a verme, quiere que salgamos un rato a caminar en el parque, así que vendré en un rato, ¿vale? – la miro esperando su reacción, probablemente molesta.
- ¿Una amiga?... – no me cree mucho - ¿quién?
- Elizabeth…
- ¿La de la secu?
- Ajá… si quieres come y yo caliento mi comida cuandovuelva. – camino hacia la salida.
- ¿Tardarás mucho? – me detengo.
- No lo creo, una hora, poco menos.
- Bueno, te espero. Ve con cuidado, ¿no llevarás algo con qué taparte?
- Nah, ya llevo suéter.
- Pero delgado, hace frío.
- Jaja, no molestes. – le sonrío y ya no insiste. – no llevo llaves, me abres, por fa.
- Me llamas cualquier cosa – grita cuando ya estoy casi afuera.
- Vamos.
Liz caminadelante de mí y luego deja que yo vaya a su lado, después de todo, ella no conoce el lugar tanto como yo. No es como si yo fuera a este lugar, tal cual arquitecto a su obra más reciente, pero llevo viviendo aquí casi un año y he caminado mucho a los alrededores.
Demasiado concentrada en la humedad de la hierba que nos rodea, que no noto lo extrañamente callada que está. Bueno, no deberíaextrañarme, dado que dos años sin vernos, debería de hacerla pensar que ya no me conoce tanto como entonces. Es hasta luego de 15 minutos de silencio, que es lo que nos toma llegar al parque, que ella me dirige la palabra.
- ¿Por qué creíste que no vendría?
Admito que esperaba una pregunta o una frase distinta para ser la “primera” de nuestro paseo. Pero tiene sentido.
- Bueno, en la secundaria éramosbastante unidas, pero no salíamos a muchos lugares juntas, ni siquiera en el receso. Siempre ha sido otro tipo de relación, plática, todo tranquilo. No sé. – por inercia encojo los hombros restándole importancia -
- Claro que salimos juntas. – reclama.
- Jaja, ¿cuándo?
- Pues… amm… recuerdo una vez en que te acercaste y preguntaste que qué me pasaba porque yo lloraba. – la miro como si mehablara en chino - Me abrazaste y yo mandé todo a la chingada y me tomé una cerveza contigo.
- Jajaja. Vaya, vaya. No recordaba esa vez… Pero eso no cuenta, cariño. Ese día fueron los 15 años de Dulce, y no fui contigo, fui porque los padres de Dul invitaron a los míos.
- Oh, cierto. – mira al suelo distraída. – Ok, no recuerdo otra vez, pero…
- No importa, Eli. No salimos en ese entonces y no creíque fuéramos a salir ahora. Es todo. – miro al frente y veo una banca un poco sucia pero no tenía rastros de la lluvia de la noche anterior – vamos ahí.
Hay sol, sólo alumbra y quema si uno se queda debajo demasiado tiempo. Pero cuando entro a la sombra, me arrepiento de no haberme puesto otra cosa encima. Nos sentamos una al lado de la otra, yo prácticamente en la orilla, recargándome y...