Cuentos
Era una hermosa joven de 18 años y había quedado sola cuando al despertar una mañana no encontraba sus padres, se había comido las uñas hasta el borde de la sangre y llego al punto máximo de la desesperación, saliendo de la casa, Corriendo en laberinto por todas las calles hasta que elcansancio fue secando su rapidez. Los señores embriagados se le acercaban diciéndole barbaridades, salió asustada buscando una salida, tropezaba con parejas adulterando en plena calle, miraba hacia atrás con temor asombrada de lo que había sido su mundo. La casa había sido despojada de sus pertenencias cuando regreso acompañada por un muchacho llamado Luis. Lirio se había quedado con una cama, unasprendas de vestir, un sofá que había acomodado enfrente de la ventana de la sala, unas botellas de vino de su mamá y unas cajas de cigarros de su papá.
Todos los días siguientes a ese se convirtieron en un encierro, nada se abría ni se cerraba, la comida llegaba todas las mañanas, Lirio no le dio relevancia, sencillamente no tenia que cuestionarse lo que la mantenía con vida. Un día mientras seencontraba profunda en el sueño, se levanto a ver un grupo de personas caminando tras el primer ataúd del pueblo.
Después de unos meses, el mejor negocio del pueblo fue el de la muerte, se habían vendido y comprado lotes, el carpintero Josué había hecho una fortuna con la nueva venta de distintos ataúdes, y habían abierto numerosas floristerías. Se había acordado vestir de negro para ese tipo defestividades, para que la ropa clara no quedara manchada por el polvo y barro que había en el camino del pueblo al cementerio.El pueblo jamás se había visto tan alegre, dedicado y activo, a pesar de que el clima no había mejorado y el número de muertos no era menor. Jamás se veía a alguien llorar en esos tiempos, ni por su padre ni por su madre, menos por un hermano o un hijo, todos vivían felices porsus éxitos.
Mientras tanto, Lirio permanecía en casa, siempre observando el paso del tiempo y la transformación de las procesiones, como las flores se habían convertido más abundantes. Las rosas habían comenzado a caerse tanto, que el aspecto que tomaban desesperaba a Lirio hasta el punto de la demencia, que intentaba calmar con un vaso de vino y uno que otro cigarrillo. Paso el próximo mes...
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