Cuentos

Ella
Te lo contaré porque creo que tú tal vez me entenderás, rara gente entiende estas cosas. Esta relación se hizo más verdad, porque las anteriores fueron más lejanas, como decir más espejismos. Y aquí en este lugar la recuerdo mucho y de vez en cuando tenemos su presencia furtiva.
Fue por aquellos tiempos de mi niñez. La vi subir: seguía mis pasos, se arrastraba tras de mi, sin hacer elmenor ruido. De vez en vez, me volvía para comprobar su presencia. En ese tiempo, todavía me sobresaltaba su casi persecución; después, me fui acostumbrando tanto que creció una curiosa comunicación. Creo que a veces se tornaba en una rara complejidad, sobre todo cuando algo en común pasaba y era de su agrado. Entonces sucedía que, sin decir palabra alguna, sentía o me parecía sentirla sonreír,porque no puedo decir que ver o escuchar, porque su sonrisa no era como la que tú ves diariamente dibujada en el rostro de la gente: era diferente, no te puedo explicar, quizás etérea, pero era como un delicado hilo que se desliza por el pensamiento o en esos sueños delicados y profundos, que no tienen explicación.
Yo no sé si es un don o virtud que tú veas lo que un vidente común no ve. Quizáshasta se burlen de mí, pero muchas veces me provocaba un raro placer su compañía, el saber que nadie ve ese ser que te acompaña, pero que allí está, que puedes conversar con ella, sin que las palabras salgan, que no hay ningún movimiento de labios, ni tan siquiera un entrecejo fruncido para señalarte y que sin embargo te reclama y te propone colores y perfumes que emanan en una armonía depensamientos. Te puedo decir que el espacio y el tiempo no existen, pero ahí está.
Te juro que muchas veces recuerdo que salí a pasear solo por ese campo abierto lleno de árboles, sol y viento; y era como que revoloteara haciendo orlas, subiéndose a los árboles al compás de mis ojos, revolcándose en la maleza sin tan siquiera mover una gota de rocío. Si miraba por la ventana en primavera estaba allí,tan junto a mí… Como que era yo en duplicado. Si miraba las olas romperse en la arena, parece que nos unía una pasión indecible que me hacía estremecer.
A veces, cuando alguna pena llenaba mi alma, la sentía tan junto a mí que era mi consuelo: me decía cosas, me alertaba de algún peligro, me susurraba al oído como nadie lo podía hacer. Creo que hasta me acostumbré a su presencia.
Mi relación sedeterioró cuando entré a la pubertad. Ella me injuriaba con sus no palabras, sobre todo cuando desobedecía a mis padres o cuando me fugaba con mis amigos en noches de parrandas. Al regresar, la miraba junto a mi madre, contemplándome con esa mirada transparente que me empequeñecía y hacía que mi espíritu no encontrara sosiego. Pero, aun en ese tiempo, al paso de unos días nos reconciliábamos ynuestra relación se hacía maravillosa.
Sin embargo, tiempo después, cuando me hice de otros amigos, ella me seguía sigilosa, me espiaba, me acosaba con su mirada transparente. Y, sobre todo cuando me hice adicto a la bebida y al cigarrillo, se acercaba a mí y me llenaba de reproches, reproches que taladraban mi vida, porque me perseguían por todas partes. Era como si se derramaran en todo mi cuerpoy mi cuerpo oliera a reproche. Fue entonces cuando sentí que ya no la quería junto a mí, la llegué a odiar. No obstante, ella seguía junto a mí, como una novia, como una amante, quizás como una esposa fiel.
Por eso, me fui de la casa para esconderme de ella. Entonces, me hice más adicto a la bebida y pasaba horas en estado de inconsciencia. Dejé de estudiar, pero ella allí estaba: cuando podía,se me aparecía en cualquier rincón y me miraba con esa mirada de ternura que me volvía loco. Me enfurecía porque con ella traía la imagen de mi madre triste y llorosa y de mi padre preocupado. A veces, traía la voz de mi hermanita que decía:
__Vuelve, que te extrañamos mucho…
Entonces, yo corría a buscar cómo olvidar o apagar esas voces y me hundía en este mundo que tú ya conoces.
Te...