CuentosCortosJóvenes

Páginas: 4 (851 palabras) Publicado: 20 de octubre de 2015
LA MANO

Ramón Gómez de la Serna (España, 1888-1963)
El doctor Alejo murió asesinado. Indudablemente murió estrangulado.
Nadie había entrado en la casa, indudablemente nadie, y aunque el doctordormía, por higiene, con el balcón abierto, era tan alto su piso que no era de suponer que por allí hubiese entrado el asesino.
La policía no encontraba la pista de aquel crimen, y ya iba a abandonar elasunto, cuando la esposa y la criada del muerto acudieron despavoridas a la Jefatura. Saltando de lo alto de un armario había caído sobre la mesa, las había mirado, las había visto, y después habíahuido por la habitación, una mano solitaria y viva como una araña. Allí la habían dejado encerrada con llave en el cuarto.
Llena de terror, acudió la policía y el juez. Era su deber. Trabajo les costócazar la mano, pero la cazaron y todos le agarraron un dedo, porque era vigorosa corno si en ella radicase junta toda la fuerza de un hombre fuerte.
¿Qué hacer con ella? ¿Qué luz iba a arrojar sobre elsuceso? ¿Cómo sentenciarla? ¿De quién era aquella mano?
Después de una larga pausa, al juez se le ocurrió darle la pluma para que declarase por escrito. La mano entonces escribió: «Soy la mano deRamiro Ruiz, asesinado vilmente por el doctor en el hospital y destrozado con ensañamiento en la sala de disección. He hecho justicia».











Tempestad
Se acercaba una tormenta, podía escucharse a lasolas estrellarse contra las rocas y al viento helado azotar con furia la casa.
El frio se colaba por las hendiduras castigando el cuerpo de la mujer que tembló de frio y miedo. Trueno y relámpagosresonaban en la distancia…esta es la historia de un personaje triste y solitario.
Vivía en aquella casa desde que tenía memoria la cual también había envejecido juntamente con ella. Su esposo e hijo nohabían regresado del mar… la melancolía y la tristeza eran sus únicas compañeras.
Había llegado a la casa de los que fueron sus padres apenas se había casado con aquél pescador y allí había nacido...
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