Cuentro basado en alma

"JAMAS"
(Alma)


-Diecisiete... diecinueve... veintiuno...-
Solo quedaban tres revistas por entregar, regresar con las notas firmadas por los destinatarios y por fin recibiría su pago.
-Veintitrés... veinticinco...-
El frío aire de un nevado día de invierno se comenzaba a sentir hasta los huesos, pero el esfuerzo valía la pena.
¿Cuántas veces se tiene la oportunidad de comprarte esetrineo con el dinero que tu mismo has ganado?.
-Veintinueve... treinta y uno... tres...-
¿Veintinueve?, eso no podía ser, Iván sabia que las casas, los negocios y hasta los edificios se enumeraban por números consecutivos saltados de dos en dos, los del lado izquierdo por pares y los del lado derecho por nones.
En esa calle había un error, faltaba el numero veintisiete, lo mas seguro es quesería una cafetería o un restaurante, pero en su lugar solo había una pared verde, muy alta con una pequeña ventana del lado derecho.
La confusión no distrajo a Iván por mucho tiempo, ya que los errores de los adultos no pueden ser de importancia para una personita de once años, y mucho menos si lo único que se mantiene en su cabeza es la idea de que por la tarde podría deslizarse en la nievecon los otros niños del parque en su trineo nuevo.
Aunque la idea del trineo era lo más divertido que rondaba por su cabeza, no pudo evitar hacer una comparación bastante acertada entre la pared que tenia frente a el y el pizarrón que tenía que ver todos los días en la escuela, sin contar los fines de semana, que dedicaba a entregar revistas por todo el vecindario, para ganar algo de dinero yasí poder comprarse su trineo.
-Natalia... Daniel... Charlotte... ¡Dadid!-
Qué manera tan curiosa de escribir ese nombre, según Iván se debería de escribir David con "v" y no con "d".
Pero era eso lo que más le llamo la atención de aquel muro, que además de su parentesco con un pizarrón, tenia escrito una infinidad de nombres, todos en color blanco, pero al parecer cada nombre era el de supropio autor, ya que era fácil distinguir las adornadas letras de las niñas y los rápidos garabatos de los niños.
Claro que Iván no se quedaría atrás, metió la mano en la pesada mochila que llevaba al hombro, revolviendo entre revistas, un dulce que le habían dado como propina, una pluma para que le firmaran, hasta que encontró un gis blanco que usaba para pintar en el suelo de la calle cuandojugaba con sus amigos.
Escribió su nombre en la pared con letras mayúsculas, ya que aun era complicado hacer las letras minúsculas del mismo tamaño, se alejo un poco para contemplar su autógrafo y se dio cuenta de que estaba un poco torcido.

-Por lo menos se puede leer mejor que muchos de los que pusieron su nombre- Se dijo a sí mismo.
Devolvió el gis a su lugar y se dispuso a buscar lacasa, edificio o negocio al que le perteneciera el numero veintisiete, se dio la vuelta en busca de algún error de números, pero solo veía una pared con distintos anuncios, algo que parecía una tiendas de muñecas con un espejo en el centro y otra pared. Nada de entradas a negocios o casa.
Solo estaba esa tienda de muñecas con el espejo justo en el centro, o eso era lo que pensó Iván hasta quelo miro con detalle.
No era un espejo, era una especie de muñeco, de la misma estatura de Iván, con la misma ropa e incluso tenía el cabello del mismo café que el de él.
-Que coincidencia...-
Otra vez hablando solo, eso era algo que siempre distinguía a Iván, pero como nadie lo escuchaba, no le importaba.
-Quizá este sea el numero veintisiete-
A pesar de que la puerta estaba cerrada,con un pequeño empujón con su mochila, se abrió sola como si alguien lo invitara a pasar. Dejo su mochila en la entrada, no quería cometer el mismo error con todas esas frágiles muñecas dentro.
-¿Hola?, ¿Hay alguien aquí?-
Nada.
-Solo quiero saber si este es el numero veintisiete-
Parecía que no había nadie, solo el muñeco que vestía hasta la misma gorra verde que Iván y todas las...