cuestion criminal
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37. La criminología mediática
Desde el comienzo hemos dividido estas entregas en tres palabras: la de la academia, la de la riminología mediática y la de los muertos. Nos han seguido ustedes en el largo curso de la criminología de los criminólogos, o sea, la académica. Pero el común de las personas no conoce esa palabra, sino que vive en el mundo de lacriminología mediática. No puede ser de otra manera, porque las personas por lo general no frecuentan los institutos de criminología ni leen los trabajos especializados, porque tienen otras cosas que hacer. En algunos momentos tampoco fue muy deseable que lo hiciesen, porque vimos que hay libros peligrosos y encubridores. Lo cierto es que las personas que todos los días caminan por las calles y toman elómnibus y el subte junto a nosotros tienen la visión de la cuestión criminal que construyen los medios de comunicación, o sea, que se nutren –o padecen– de una criminología mediática. Esto ha sucedido siempre y lo que hemos visto de René Girard lo explica claramente: si el sistema penal tiene por función real canalizar la venganza y la violencia difusa de la sociedad, es menester que las personascrean que el poder punitivo está neutralizando al causante de todos sus males. ¿Pero por qué las personas lo aceptan o están indefensas frente a esa construcción de la realidad? La disposición a aceptarlo obedece a que de ese modo se baja el nivel de angustia que genera la violencia difusa. Volveremos sobre esto más adelante, pero la regla es que cuando la angustia es muy pesada, mediante lacriminología mediática se la convierte en miedo a una única fuente humana. Por eso, siempre ha existido la criminología mediática y siempre apela a una creación de la realidad a través de información, subinformación y desinformación en convergencia con prejuicios y creencias, basada en una etiología criminal simplista asentada en causalidad mágica. Aclaramos que lo mágico no es la venganza, sino laespecial idea de la causalidad que se usa para canalizarla contra determinados grupos humanos, lo que en términos de la tesis de Girard los convierte en chivos expiatorios. Esta característica no cambia, lo que varía mucho es la tecnología comunicacional (desde el púlpito y la plaza hasta la TV y la comunicación electrónica) y
los chivos expiatorios. El poder de la criminología mediática lo detectaronlos sociólogos desde fines del siglo XIX. Con motivo del poder de los diarios en el caso Dreyfus, Gabriel Tarde afirmaba que en el presente (en el año 1900), el arte de gobernar se ha convertido en gran medida en la habilidad de servirse de los diarios. Denunció claramente la fuerza extorsiva de los medios masivos (en su tiempo los diarios), la gran dificultad para neutralizar los efectos de unadifamación periodística y la explotación de la credulidad pública. Pero Tarde fue más lejos, destacando el poder inverso al de extorsión, o sea, el del silencio cómplice, como el que tenía lugar ante el genocidio armenio o el negociado de Panamá. Sin duda que fue el sociólogo que descubrió el inmenso continente de la construcción social de la realidad que anunciaba su creciente poder. Elsocialista Jean Jaurés había denunciado en la Cámara de Diputados francesa en 1896 el silencio cómplice de la gran prensa ante las masacres de armenios, porque sus principales directivos eran beneficiarios de empresas otomanas y los diarios llevaban adelante su campaña antisemita –preludio europeo de la Shoah– difundiendo el invento de Los Protocolos, encabezados por el delirante Edouard Drumont y porCharles Maurras, quien terminaría sus días imputado como ideólogo del régimen vergonzoso de Vichy. Recientemente Umberto Eco reconstruyó esos años en su novela El cementerio de Praga. Por ende, no hablamos de nada nuevo, aunque, como es natural, la criminología mediática actual tenga características propias. El discurso de la criminología mediática actual no es otro que el llamado neopunitivismo de...
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