Cuestionario albacete

La Ciencia como ética
Los modos para hacer ciencia
John Ziman
Publicado en El Cultural - el 17.10.99 (pp. 80-81)
Suplemento dominical del diario El Mundo (Madrid)
Fuente: http://www.cab.cnea.gov.ar/difusion/Ziman.html
Hace cincuenta años, cuando entré en contacto con la ciencia, raramente se hablaba sobre temas éticos. No quiero decir que no hubiese tales temas, o que los científicos, biensea individualmente o en grupos, no hablaran y actuaran con relación a los mismos. Pero la ética como tal no figuraba en el discurso público acerca de la ciencia, en el mundo científico.
Pero actualmente, el lema de la ética en la ciencia no sólo ocupa los anuncios y los suplementos dominicales, también lo encontramos en libros, periódicos y conferencias. Lo cual me alegra, ya que he pasado lamayor parte de mi vida instando a mis colegas a ser más "responsables socialmente". Pero, ¿cómo ha surgido este brusco cambio de actitud? ¿Por qué se espera que los científicos tengan más en cuenta la ética de lo que solían?
Algunos verán en ello tan sólo una consecuencia natural de la creciente influencia de la ciencia en la sociedad, impulsada quizás por el frenesí publicitario de los medios.Otros lo ven como el último frente de batalla en las perennes “guerras científicas”. Yo voy más allá y lo interpreto como un síntoma de la transformación de la ciencia en un nuevo tipo de institución social. A medida que sus productos se van imbricando más estrechamente en la estructura social, los científicos tienen que ejecutar nuevos roles en los que las consideraciones éticas no pueden yadejarse de lado.
Hace cincuenta años, el mundo de la ciencia se dividía en dos tipos de instituciones. En las universidades y en organizaciones públicas de investigación se practicaba la "ciencia académica". En los laboratorios industriales y en los de investigación y desarrollo gubernamentales se practicaba la "ciencia industrial". Eran dos culturas diferentes, ligadas íntimamente en muchossentidos, pero en donde los asuntos éticos se planteaban de forma bastante diferente.
La ciencia académica era enormemente individualista. Los nombramientos de la gente se debían a la contribución al conocimiento mediante publicaciones científicas. Las universidades y los institutos de investigación tenían poca influencia directa en las investigaciones. Los científicos académicos decidían quéinvestigar y cómo lo harían. La única restricción era que los resultados de sus investigaciones deberían ser revisados por otros miembros de una de las innumerables comunidades de investigación especializada en las que se dividía el mundo científico.
Los científicos académicos pertenecían a una red institucional de alcance mundial. La producción de conocimiento público confiable era tan laxamenteorganizada que parecía el sueño de un anarquista: una república activa y ordenada de ciudadanos libres sin un gobierno central. Funcionaba a través de un conjunto de prácticas bien establecidas tales como revisión por pares, respeto por la prioridad del conocimiento, mención completa de la literatura, selección meritocrática con base en el desempeño previo en investigación, etc. Aunque estasprácticas nunca fueron formalmente codificadas o sistemáticamente reforzadas, funcionaban, en conjunto, de una manera adecuada. En 1942 Robert Merton argumentaba que esto se debía a que satisfacían un conjunto de normas que constituían un “ethos” para la ciencia. El análisis de Merton era muy ideal y es rechazado por la mayoría de los sociólogos actuales. Sin embargo, pienso que aún proporciona el mejormarco teórico para entender cómo estas prácticas interactúan para producir la clase de conocimientos que reconocemos como peculiarmente “científicos”.
Paradójicamente, sin embargo, este “ethos” no tiene prácticamente ninguna dimensión de la ética convencional. A lo sumo, define una estructura básica para una comunidad conversacional universal y perfectamente democrática. Aunque este es un...