Cultura politica en puno
Páginas: 23 (5542 palabras)
Publicado: 15 de junio de 2010
Cultura política en Puno. El dispositivo de la identidad etnocultural
Eland Vera
La nación quechuaymara alcanza por igual a la población indígena altiplánica recreada en 500 años de resistencia y a la población mestiza de nuestras ciudades serranas principalmente, con todos los elementos culturales asimilados en ese proceso; sin embargo, el componente principal siguesiendo el elemento indio porque nos remite a nuestras raíces, porque es la savia que nutre la complejidad de nuestro espíritu.
Feliciano Padilla, Puno, 2008
Introducción
El presente trabajo es una reflexión sobre la siguiente interrogante: ¿Cuál es el dispositivo estratégico que dinamiza la acción de los líderes que llegan a alcanzar lapresidencia de la región de Puno? Al parecer, la respuesta parece concentrarse en la presencia del discurso etnocultural va irrigando fuertemente la cultura política del altiplano, alcanzando extremos vinculados a ideas sobre el separatismo, el autonomismo, el federalismo o el nacionalismo aymara.
Las razones que impulsan un estudio sobre las relaciones entre cultura y política en Puno son dediversa índole. La primera refiere a un “llamado de atención”. La pobreza, exclusión, discriminación y desatención pública son factores que caracterizan a Puno. Pero que a la vez se trata de un territorio marcado por la riqueza de sus recursos naturales, agropecuarios y turísticos, y por la diversidad de manifestaciones culturales y artísticas. Puno es, en efecto, uno de los típicos escenarioscontroversiales y a la vez un lugar revelador, donde se constata in situ el impase de construcción de un Estado nacional que no ha sabido qué hacer con su heterogeneidad constitutiva.
Un segundo conjunto de razones refieren al interés por develar determinadas prácticas sociopolíticas que rebasan los límites de lo formalmente observable. Derivadas del primer conjunto, la esfera pública de lasociedad puneña trae consigo inumerables problemáticas: el clientelismo político, el caudillismo autoritario, el neopatrimonialismo, el separatismo, el nacionalismo aymara y quechua, entre otras. Las denuncias de corrupción, informalidad, perversión de los cargos públicos y la presencia del narcotráfico y el contrabando en la vida política de Puno dan cuenta de lo agitado de la región. No setrata, en este caso, de investigar exhaustivamente cada uno de estos fenómenos sino de alertar sobre su presencia dentro de la cultura política regional.
Las regiones del sur andino han construido sus propias identidades regionales en divergencia al centralismo Limeño (constitutivo del Estado nación) y robustecidas por la tradición histórica, cultural, étnica y lingüística que las caracteriza. Asu vez, el proceso regionalizador emprendido en los últimos años, sigue siendo fundamentalmente improvisado (Grompone 2005); pero a la vez pone a prueba la consistencia de la sociedad civil regional, la competitividad de sus profesionales y técnicos, y sobre todo la madurez política de los ciudadanos regionales.
En medio de estas circunstancias, para el caso de Puno, han surgidoorganizaciones políticas regionales, lideradas por ciudadanos que estructuran programas políticos apelando a la reivindicación de la identidad etnocultural; invocando, en algunos casos, la autonomía regional y el imaginario histórico-colectivo de rebeliones y separatismo. [1]
Sin embargo, es interesante observar que luego de alcanzar la conducción del gobierno regional, los líderes y las organizacionespolíticas “se alejan” de los postulados reivindicacionistas y solo reeditan el caudillismo autoritario y el tutelaje provinciano, estableciendo formas de neo-patrimonialismo y clientelismo. Muy lejos de consolidar élites regionales que profundicen la ciudadanía, estas nuevas agrupaciones reproducen viejas culturas políticas.
Como consecuencia de ello surgen reiteradas denuncias de...
Eland Vera
La nación quechuaymara alcanza por igual a la población indígena altiplánica recreada en 500 años de resistencia y a la población mestiza de nuestras ciudades serranas principalmente, con todos los elementos culturales asimilados en ese proceso; sin embargo, el componente principal siguesiendo el elemento indio porque nos remite a nuestras raíces, porque es la savia que nutre la complejidad de nuestro espíritu.
Feliciano Padilla, Puno, 2008
Introducción
El presente trabajo es una reflexión sobre la siguiente interrogante: ¿Cuál es el dispositivo estratégico que dinamiza la acción de los líderes que llegan a alcanzar lapresidencia de la región de Puno? Al parecer, la respuesta parece concentrarse en la presencia del discurso etnocultural va irrigando fuertemente la cultura política del altiplano, alcanzando extremos vinculados a ideas sobre el separatismo, el autonomismo, el federalismo o el nacionalismo aymara.
Las razones que impulsan un estudio sobre las relaciones entre cultura y política en Puno son dediversa índole. La primera refiere a un “llamado de atención”. La pobreza, exclusión, discriminación y desatención pública son factores que caracterizan a Puno. Pero que a la vez se trata de un territorio marcado por la riqueza de sus recursos naturales, agropecuarios y turísticos, y por la diversidad de manifestaciones culturales y artísticas. Puno es, en efecto, uno de los típicos escenarioscontroversiales y a la vez un lugar revelador, donde se constata in situ el impase de construcción de un Estado nacional que no ha sabido qué hacer con su heterogeneidad constitutiva.
Un segundo conjunto de razones refieren al interés por develar determinadas prácticas sociopolíticas que rebasan los límites de lo formalmente observable. Derivadas del primer conjunto, la esfera pública de lasociedad puneña trae consigo inumerables problemáticas: el clientelismo político, el caudillismo autoritario, el neopatrimonialismo, el separatismo, el nacionalismo aymara y quechua, entre otras. Las denuncias de corrupción, informalidad, perversión de los cargos públicos y la presencia del narcotráfico y el contrabando en la vida política de Puno dan cuenta de lo agitado de la región. No setrata, en este caso, de investigar exhaustivamente cada uno de estos fenómenos sino de alertar sobre su presencia dentro de la cultura política regional.
Las regiones del sur andino han construido sus propias identidades regionales en divergencia al centralismo Limeño (constitutivo del Estado nación) y robustecidas por la tradición histórica, cultural, étnica y lingüística que las caracteriza. Asu vez, el proceso regionalizador emprendido en los últimos años, sigue siendo fundamentalmente improvisado (Grompone 2005); pero a la vez pone a prueba la consistencia de la sociedad civil regional, la competitividad de sus profesionales y técnicos, y sobre todo la madurez política de los ciudadanos regionales.
En medio de estas circunstancias, para el caso de Puno, han surgidoorganizaciones políticas regionales, lideradas por ciudadanos que estructuran programas políticos apelando a la reivindicación de la identidad etnocultural; invocando, en algunos casos, la autonomía regional y el imaginario histórico-colectivo de rebeliones y separatismo. [1]
Sin embargo, es interesante observar que luego de alcanzar la conducción del gobierno regional, los líderes y las organizacionespolíticas “se alejan” de los postulados reivindicacionistas y solo reeditan el caudillismo autoritario y el tutelaje provinciano, estableciendo formas de neo-patrimonialismo y clientelismo. Muy lejos de consolidar élites regionales que profundicen la ciudadanía, estas nuevas agrupaciones reproducen viejas culturas políticas.
Como consecuencia de ello surgen reiteradas denuncias de...
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