cultura
Los cuadros de Enrique Grau y el dibujo precioso en el cual magníficamente se basan, crean un hechizo que transforma la apariencia exacta en presencia humana y afectiva.
Grau no es unnaturalista a secas. Sus figuras están exageradas desde el punto de vista de su volumen, siempre tienen unas manos desproporcionadas con relación al tamaño del cuerpo y, generalmente, aparecenrevestidas de manera anormal. Este escultor ama la farándula y el carnaval y por eso sólo excepcionalmente concibe al personaje sin los aderezos y tocados propios del mundo del disfraz. Con base en modaspretéritas, sombreros cursis o desactualizados y vestidos de las abuelas o trajes desacostumbrados, Grau transforma sus figuras y las convierte en modelos de fotógrafos desconocidos o en protagonistasde piezas teatrales inéditas. Lo que se ve en un cuadro de este pintor es poco corriente, la indumentaria, con todas sus implicaciones culturales y sociales, es algo postizo y artificial que subviertela apariencia normal de los personajes y les da una presencia diferente, ajena a la vida cotidiana y bastante próxima al ámbito del espectáculo. A esto contribuyen también no sólo los gestos, ademanesy actitudes de las figuras, sino los objetos que las acompañan. A veces, el escenario es sencillo y sólo tiene pocos elementos. En otras ocasiones, aparecen diversas cosas, cuyo inventario resultatan enorme como variado. No faltan, en muchos casos, las mariposas, los insectos o los pájaros que revolotean en torno de los protagonistas y que, obviamente, contribuyen a aumentar la irrealidad que seestá contemplando.
Por otra parte, si Grau ha realizado numerosas pinturas al óleo y cientos de dibujos a lápiz, no deja de sorprender que el artista haya trabajado copiosamente en todos los demásmedios tradicionales (acuarela, témpera, carboncillo, crayola, pastel, tinta con plumilla, etc.) hasta el punto que resulta imposible decir que tiene alguno preferido.
Loraine Toscano B.
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