Culturas fracasadas
Las culturas fracasadas
El talento y la estupidez de las sociedades
EDITORIAL ANAGRAMA
BARcELONA
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Diseño de la colección: Julio Vivas y Estudio A Ilustración: «Calle de Nueva York», © Joaquín Torres García, VEGAP, Barcelona, 2010
Primera edición: noviembre 2010
© Empresas Filosóficas, S. L., 2010 ©EDITORIAL ANAGRAMA, S. A., 2010 Pedró de la Creu, 58 08034 Barcelona ISBN: 978-84-339-6318-5 Depósito Legal: B. 40295-2010 Printed in Spain Reinbook Imprès, sl, Múrcia, 36 08830 Sant Boi de Llobregat
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A María
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18/10/2010 12:58:56¿Quiere usted ser el protagonista de este libro? Por favor, respóndame al final.
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PRÓLOGO
El hombre ocasionalmente se tropieza con la verdad, pero en la mayor parte de las ocasiones se levanta y sigue su camino. Winston ChurChill
Este libro va a comenzar con una fábulaque, como casi todas las fábulas, está protagonizada por animales. En este caso, por hormigas. Los hormigueros son sociedades perfectas, porque cada miembro se sacrifica por el bien común: la perpetuación del hormiguero. Están regidos por una misteriosa inteligencia colectiva que funciona con sorprendente eficacia. Cada hormiga es una estúpida partícula que, sin saber por qué ni para qué, hace loque tiene que hacer «estupendamente». Esta relación entre estúpido y estupendo me deja estupefacto. El lenguaje no deja de sorprenderme. Pero un día las hormigas se volvieron inteligentes, reflexivas, autónomas y libres. Se volvieron kantianas, y esto, que debería haber elevado la calidad de vida del hormiguero, desbarató su convivencia. Bergson, que también se ocupó de las hormigas, sacó unaconclusión desconsolada: «La inteligencia tiene un poder disolvente.»1 En efecto, provocó un conflicto irremediable. La hormiga capaz de pensar por sí misma no quiso ya diluirse en el hormiguero. Su inteligencia individual se enfrentó a la inteligencia colectiva. Estableció sus propios fines. Cada hormiga descubrió que lo que era bueno para el hormiguero, tal vez no lo fuera para 11
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ella. Y viceversa. Se encontró desgarrada entre la lógica del hormiguero –que dice que vivan para él y mueran por él– y la lógica individual –que recomienda el «sálvese quien pueda»–. La primera generación de hormigas kantianas todavía oyó resonar en su interior la antigua voz del hormiguero, diciéndole que debía respetar la ley colectiva impresa ensu interior, pero poco a poco esa voz se debilitó. La razón autónoma de la hormiga se encerró en su argumento. «Si quiero ser libre, no tengo que escuchar la ley del hormiguero sino mi propia ley. Y ésta me dice que no tengo más que una vida, y que no sería racional cambiar mi bien por el bien ajeno, aunque éste sea la salvación de la comunidad.» El ideal de la inteligencia privada es convertirseen un gorrón con éxito. Las hormigas de la fábula representan a los seres humanos, y la moraleja es una pregunta. ¿Es posible que individuos inteligentes y libres, orgullosos de su autonomía, puedan convivir armoniosamente? La historia nos da respuestas contradictorias, por eso, la idea del progreso de la humanidad ha entrado en crisis. Avanzamos pero con fracasos terribles. El siglo xx fue elmás sangriento, pero también el más benéfico de la humanidad. ¿Cómo es posible esta trágica contradicción? Nos acercamos al corazón enigmático de nuestra especie. ¿Por qué las sociedades toman decisiones que llevan a su destrucción? Ésa es la pregunta que se hace Jared Diamond en su obra Colapso.2 La misma que se había hecho Joseph Tainter en The Collapse of Complex Societies,3 y que ha sido uno...
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