curricular 33-36
El énfasis en el carácter prescriptivo de los diseños y propuestas curriculares da lugar a un cambio en el modo
de abordaje que se espera que las instituciones realicen sobre los mismos y por lo tanto requiere de la reflexión
sobre algunas prácticas habituales, tal como se desarrolla a continuación.
A partir de la implementación de la Ley Federalde Educación, en las escuelas de la provincia de Buenos Aires
se fueron instalando estilos de planificación y gestión institucional que tuvieron en el Proyecto Educativo
Institucional (PEI) su expresión más acabada. Su elaboración se fundamentó en la naturaleza flexible y abierta
de los diseños curriculares –tal como se observa en el Marco General de los Diseños de Nivel Inicial y EducaciónGeneral Básica de 1999-. El Proyecto Curricular Institucional (PCI), entendido como dimensión pedagógicodidáctica del PEI, contemplaba la necesidad de que cada institución estableciera expectativas de logro,
seleccionara contenidos y estrategias didácticas que incluyeran pautas de evaluación.
Esta concepción, falazmente fundamentada en la necesidad de autonomía profesional docente, fueexpresión
de la desresponsabilización del Estado por la enseñanza y el aprendizaje que debían ocurrir en las aulas y, de
esta forma, contribuyó a la fragmentación educativa de la década de 1990 al admitir una posible diferenciación
curricular. Prescribir sin dejar de acompañar los procesos técnicos de especificación curricular según los contextos
y grupos, recupera la responsabilidad del Estadopor la calidad de los procesos y resultados de aprendizaje.
El carácter prescriptivo de los diseños y propuestas curriculares pone en cuestión la pertinencia de aquellas
prácticas institucionales enunciadas como autónomas, dado que los elementos anteriormente mencionados
no sólo están incluidos en aquellos sino que, además, se los desarrolla ampliamente, avanzando incluso en laexplicitación de orientaciones didácticas y orientaciones para la evaluación, entre otros aspectos. A su vez, esta
prescripción emana del derecho de los sujetos al curriculum común, puesto que el mismo posibilita el acceso
igualitario a los conocimientos socialmente significativos; conocimientos que si fueran seleccionados a partir
de criterios particulares podrían llevar a la profundización de lafragmentación y desigualdad educativa.
Lejos está de la intencionalidad de esta política curricular una concepción de los/as docentes como ejecutores
que “aplican” las prescripciones sin mediación alguna. Los diseños y propuestas curriculares –en tanto
establecen intenciones, marcan una dirección- limitan; pero al hacer explícitos los fundamentos de cada una
de sus decisiones habilitan yestablecen un nuevo lugar para la profesionalidad del docente.29
Toda prescripción curricular se recrea en su proceso de especificación. En la toma de decisiones vinculadas a la
planificación y desarrollo didácticos, el/la docente define los sentidos específicos de su práctica en el marco de
un contexto institucional y comunitario y de un grupo de alumnos/as particular. En este proceso, asume unapostura teórico-epistemológica y política al constituirse en autor/a creativo/a de alternativas de enseñanza.
Este modo de comprender los diseños y propuestas, además, posibilita a toda la comunidad –incluso a los/as
docentes- el ejercicio de la demanda crítica al Estado por el mejoramiento de las condiciones institucionales
que permitan el desarrollo profesional de la enseñanza comoproducción autónoma de proyectos y estrategias
apropiadas a los contextos, grupos y sujetos.
Las líneas precedentes no pretenden desconocer las buenas experiencias desarrolladas en muchas instituciones,
en torno de la elaboración y revisión de los PEI. Entre ellas, por ejemplo, la apertura de espacios de debate y
reflexión sobre el quehacer profesional, el establecimiento de acuerdos que...
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