Cusomoto A

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CUSOMOTO,S.A (A) 1
Este año es muy especial para Antonio Hernández porque era su año de la verdad, el año pasado había comenzado a desempeñar la dirección general de Cusumoto, después de unalarga trayectoria profesional en el área comercial. Y a primeros de 2003 contemplaba la información contable correspondiente al ejercicio 2002, que se reproduce en los anexos 1 y 2. Está reunido con FélixÁlvarez, director de administración, y con Luis Soriano, accionista y consejero de la empresa, fundador y propietario de una pequeña cadena de establecimientos especializados en platos precocinados.A continuación se resume la conversación que mantuvieron los tres2.
Hernández: “Estoy sorprendido. La contabilidad me dice que en 2002 hemos conseguido un beneficio de 550 millones de euros, cifraque puede calificarse de muy satisfactoria dada la situación actual, y nuestra tesorería, por el contrario, está bajo mínimos. No imaginaba que la contabilidad pudiera incurrir en talescontradicciones”.
Alvarez: “Ante todo, hay que señalar que ese beneficio de 550 millones es exagerado, porque se basa en unos gastos amortizables insuficientes. Yo me he limitado a seguir al respecto los criterios (o,mejor, los deseos) del anterior director general. Pero, según mis números, basadas en estimaciones más realistas de la vida útil de nuestros inmovilizados (el equipo de proceso de datos, por ejemplo,envejece muy rápidamente), las amortizaciones debieran ser superiores a las contabilizadas, con la consiguiente disminución de beneficio”.
Hernández: “Ya se ve que las desgracias nunca viene solas,tampoco las contables”.
Alvarez: “Pero eso no es todo. En los tiempos que corremos no es prudente la utilización del método Fifo. … Es preferible emplear el LIFO, que refleja mejor los gastos dereposición, disminuyendo por tanto nuestro resultado”.
Hernández: “ ¿Y se modificaría otra vez nuestro beneficio?¿No sería entonces preferible prescindir de los balances? De poco sirven si uno no se...