càndido

El jardín de Cándido
Por William F. Bottiglia



(Traducción Alejandra Gonçalves)

I

“Los cuentos de Voltaire”, sostiene Norman L. Torrey, “logran... resumir ciertos períodos de su existencia y ciertos problemas con los que se enfrentó” (Spirit of Voltaire, Nueva York, 1938, p. 50). En el caso de Cándido, el período era la década de los cincuenta; el problema central, el de laconducta humana en relación con el misterio lúgubre del mal físico y social. Y es un testimonio elocuente de la distinción y realismo de su contenido el hecho de que, visto con perspectiva, Cándido avanza en un recorrido de argumentación intelectual que traza un paralelo con la evolución de la actitud cultural de Voltaire en esa década, una década en la que el exponente más ilustre de una era de granoptimismo abandonó irrevocablemente la relativa complacencia de sus años más jóvenes, se inclinó al pesimismo, y por fin arribó a una afirmación meliorista.
La tendencia pesimista de los años cincuenta se percibe con claridad en ramas importantes de la producción voltairiana: en la correspondencia (Moland, xxxvII-xxxIx, passim); en los cuentos, desde Zadig (1747-48) hasta Scarmentado (1756); enpoesía, desde el Poème sur la loi naturelle (1752) hasta el Poème sur le désastre de Lisbonne (1756). Cuando se lo observa con perspectiva, este movimiento gradual, acumulativo, cobra proporciones dominantes entre 1752 y 1756 (André Morize, Candide, París, 1913, pp. xxxv-xlv). Basta una mera enumeración de los factores que más contribuyeron a este efecto para demostrar que tuvo causas propias: elinicio de la vejez sumado a la mala salud; la muerte de Mme du Chatelet; el cinismo del séquito de Federico; el distanciamiento de Su Majestad; la consiguiente sensación de despojo o exilio; diversas peleas literarias y filosóficas (Maupertuis, Rousseau, etc.); la Guerra de los Siete Años; el desastre de Lisboa; el estudio de la historia, que le produjo disgusto y escepticismo; una concienciadolorosa del conflicto irresoluble entre el orden perfecto de un universo racional, mecánico, y la confusión demente de una realidad ilógica, caprichosa. Este último factor subyace a los demás. La metafísica se había convertido en lo incognoscible. Los propósitos de Dios eran inescrutables, el mal físico era una cuestión de sumisión estoica. El libre albedrío había sido abandonado de mala gana enfavor del determinismo; y sin embargo, el fatalismo "optimista" era desmoralizante y repugnante para quien solo podía enfrentar el mal social con acción práctica, programas de reforma y fe en progreso. En la última parte de la década, como revelan la correspondencia y los aportes a la Encyclopedie, y el mismo Cándido, una corriente meliorista detuvo e hizo girar sobre sí misma a la tendenciapesimista, corriente que, con volumen en impulso crecientes, por fin creció hasta convertirse en una marea irresistible en Ferney (Morize, pp. xlvi-xlvii). También aquí pueden aducirse motivos suficientes para este fatídico cambio de dirección. El efecto de la muerte de Mme du Chatelet pasó con el tiempo. La mala salud y la vejez se convirtieron en quejas convencionales, y Voltaire se sumergió enintereses activos. Se construyó un refugio seguro, un hogar más allá de los peligros, donde pudo reanudar su relación con Federico a una distancia prudencial. Logró la felicidad genuina mediante el cultivo y los proyectos humanitarios. La confirmación de su genialidad en todo el mundo civilizado le confirió una fortaleza renovada. La colaboración con los enciclopedistas revivió su confianza, por lomenos, en un triunfo parcial de sus ideas. Y así su belicosidad instintiva lo alentó a seguir enfrentando con cada vez más audacia a enemigos personales, al fatalismo "optimista" y a "l'infame" en general. Por lo tanto, el período de la vida de Voltaire que se extiende desde la muerte de su amante hasta la composición y publicación de Cándido puede resumirse como una progresión desde la relativa...