Décimo Movimiento De La Historia En La Que Cris Vence

UNA TORRE MEDIEVAL
(décimo movimiento)


Lamentó, como siempre, dar respuestas laterales a cuestionamientos directos (desde muy chica supo responder que no respondería). Quizás por ello nole sorprendió quedar más expuesta aún a nuevos planteos (de tal manera las palabras, las personas y las cosas, serían imágenes para contemplar y reproducir). Era su estigma, y, sin embargo, haciendode su destino un arte, motivó la reflexión de su ocasional interlocutor (los matices, las escuelas con perspectivas propias, todo, absolutamente todo, nace desde un único punto, del que se sentíaexcluida. Un espacio que jamás se animó a observar desde adentro, pese a que sus pies tenían el mismo color).

El silencio tomó un espacio trascendente (fue como un hueco relleno de bollos depapel para guardar su forma). Sus compañeros esperaban, seguramente, una acción más potente, más certera (pero es cierto que detrás del miedo hay más miedo). No podía ser de otra forma, ¿qué sabían ellosde los espesos placeres que genera el riesgo? (¿acaso no nos sentimos seguros cuando sabemos donde se inicia el temor?). Ocasionalmente podían haberlos probado, claro, pero sólo por obligación,desprovistos del goce excelso de saberse conocedores de un secreto único e infalible (cuando el conocimiento es sólo experiencia ajena, el amor vive en los sueños).

Miró su boca y la cicatriz enuno de sus labios (ambos pétalos de sal). Su observación definía en ella la creencia de adivinar el futuro (aunque lo único que se adivina es el pasado, porque el futuro es la ficción de la voluntad).Según el grado de tensión de la piel cercana a las comisuras y el color de sus zonas centrales, podría descubrir el siguiente paso (el tiempo se escribe con letras que nuestras angustias se encargande llenar). A veces, un mueca fuera de contexto o un rictus apenas perceptible le daba la pauta necesaria, y por ello, esperaba. Sabía hacerlo. Otros en su lugar, menos predispuestos, habían cruzado...