Dédalo e ícaro

Ansias Que Nos Hunden

Entre los tantos mitos que se encuentran cobijados y que tuvieron su origen por y en la antigua Grecia, es posible rescatar uno para afirmar la íntima relación que guarda con las características del ser humano.
Esa historia es protagonizada por un padre (Dédalo) y un hijo (Ícaro), ambos encarcelados en una torre de Creta por el rey Minos, quien vigilaba tierra y marcelosamente. El hombre más viejo logró escapar de su encierro, pero no podía abandonar la isla sin su heredero, por lo que se decidió a utilizar sus saberes como arquitecto para construir alas, tanto para él como para el joven. Enlazaba plumas grandes entre sí, y lo mismo hacía con las pequeñas, fortaleciendo la unión con hilo y cera respectivamente.
Al terminar, cuando Ícaro se encontraba libre, supadre le enseñó cómo volar, advirtiéndole que no lo hiciera demasiado alto, pues el calor del Sol derretiría la cera, ni tampoco demasiado bajo, dado que la espuma del mar mojaría las alas y las estropearía.
Después de mucho volar, el muchacho comenzó a ascender cada vez más, ignorando los consejos de Dédalo, como si quisiera llegar al paraíso. El ardiente Sol ablandó la cera, las plumas sedespegaron, Ícaro intentó seguir planeando sobre el agua mientras agitaba los brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire, y cayó al mar. Su padre, muy atormentado, llamó a la tierra más cercana al lugar del mar en el que su hijo había caído “Icaria”, en su memoria, para luego dirigirse a Sicilia, construir un templo para Apolo y colgar en él sus alas como ofrenda al dios.Siendo conscientes de la profundidad de este relato, de los sucesos que allí se narran, sus causas y consecuencias, bien podríamos decir que las alas de Ícaro son o asemejan la misma mente humana.
Es más que claro que ninguno de nosotros, los hombres, tenemos alas como prolongación de nuestras espaldas, unas alas palpables que podamos utilizar casi que
mecánicamente para desplazarnos odisfrutar, tal cual lo hacemos con nuestras piernas por ejemplo. Pero sí podemos entender y concebir las alas como una prolongación de nuestra mente. Esas no son alas tan fácilmente visibles como otros miembros de nuestro cuerpo, ni son para el disfrute inmediato de nuestros sentidos físicos, puesto que son alas abstractas que de una manera muy peculiar nos pueden acercar o alejar de lo que tantodeseamos.
En el caso de Ícaro, aún bajo posesión de de unas alas fuertes, resistentes e iguales a las de su padre, fueron las mismas las que lo condujeron a su destrucción y muerte. Mientras que su Dédalo, con las mismas posibilidades de accidentarse que su hijo, logró llegar a su destino final e ideal desde que ambos partieron.
Ahí es donde radica la diferencia entre los dos pares de alas: su dueño, omejor dicho, la utilización que sus dueños les dan.
El joven fue quien, por gusto propio, desobedeció los límites planteados para un buen vuelo, lo que hizo que sus alas, debido al calor y a la mal uso, se deshicieran e interrumpieran el viaje del muchacho, lanzándolo directamente a lo que él sabía que no quería y que debía evitar: el mar.
Por otro lado, Dédalo, supo respetar los límites bajolos que se regía el funcionamiento de sus alas y logró alcanzar su propósito sin ningún rasguño, salvo el ver el ahogamiento y hundimiento de su hijo.
Ahora bien, los hombres podemos o no parecernos a Ícaro y a Dédalo. Es decir, podemos ser los causantes de nuestra caída en picada o de nuestro vuelo continuo. Somos nosotros quienes estamos en la capacidad de decidir cómo utilizar nuestra mente(nuestras alas) para ver finalizados nuestros más grandes anhelos, o simplemente, verlos desfallecer y ser cubiertos por centenares de olas apresadoras.
¿Qué es lo que nos impide volar, interrumpe nuestro vuelo o lo da por terminado? Las ansias, los deseos de exagerar nuestras ganancias, nuestro poder. Esa necesidad de ser siempre muy superiores, que no es beneficiosa en la mayoría de los casos....