dada
Lacan se esforzó por circunscribir ese espacio de inteligibilidad del
Edipo alrededor del proceso de la metáfora del Nombre del Padre122 que
articula principalmente la función fálica con su coyuntura correlativa: el
complejo de castración.123 El operador que negociará esta articulación no
será otro que el significante Nombre del Padre que marcará el rumboy
estructurará toda la trayectoria edípica.
Con más frecuencia, según Lacan, la función fundamental del Edipo
recubre la función paterna.124 Se trata en este caso de una función que
debe ser comprendida como algo radicalmente diferente tanto de la
presencia paterna, 125 como de sus coyunturas negativas, como por ejemplo
la ausencia, la carencia y cualquier otra forma de "inconsistencia"paterna.126 Para Lacan esta función procede de la determinación de un
lugar mientras que este lugar le otorga una dimensión necesariamente
simbólica. Por otra parte, como es función simbólica puede prestarse a una
operación metafórica. Este sentido es el que permite a Lacan interrogar a
esa función paterna en estos términos:
"El padre no es un objeto real, entonces, ¿qué es? (...) El padre esuna
metáfora. "¿Qué es una metáfora? (...) Es un significante que aparece en el lugar de otro significante (...) El padre es un significante que ha reemplazado a otro significante. Y ésa es la incumbencia, la única incumbencia esencial del
padre dentro de su intervención en el complejo de Edipo."127
Lacan localiza el inicio del complejo de Edipo al nivel de un umbral
específico del proceso demaduración del niño que muestra un momento
particular de su vivencia psíquica. Este momento es contemporáneo del
estadio del espejo,128 en el que se esboza, para el niño, un cierto tipo de
identificación basado en una relación específica con la madre, una relación
de alienación.
ESTADIO DEL ESPEJO
El estadio del espejo se ordena esencialmente sobre una experiencia de
identificaciónfundamental en cuyo transcurso el niño realiza la conquista
de la imagen de su propio cuerpo. La identificación primordial del niño
con esta imagen va a promover la estructuración del yo (Je) poniendo
término a esa vivencia psíquica singular que Lacan denomina: fantasía del
cuerpo fragmentado. En efecto, antes del estadio del espejo, el niño no
experimenta inicialmente su cuerpo como unatotalidad unifica, sino como
algo disperso. Esta experiencia fantasmática del cuerpo fragmentado,
cuyos vestigios aparecen tanto en la configuración de ciertos sueños129
como en los procesos de destrucción psicótica, se pone a prueba en la
dialéctica del espejo, cuya función es neutralizar la dispersión angustiante
del cuerpo en favor de la unidad del cuerpo propio:
"El estadio del espejo es undrama cuyo impulso interno se
precipita de la insuficiencia a la anticipación y que, para el
sujeto, engañado por la ilusión de la identificación espacial,
urde las fantasías que se suceden desde una imagen
fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos
ortopédica de su totalidad."130
La experiencia del niño durante la fase del espejo se organiza en base a
tres tiempos fundamentales quemarcan la conquista progresiva de la
imagen de su cuerpo.
Al comienzo, es como si el niño percibiera la imagen de su cuerpo como
la de un ser real al que intenta acercarse o atrapar. En otras palabras, este
primer tiempo de la experiencia demuestra que hay una confusión primera
entre uno mismo y el otro, confusión ampliamente confirmada por la
relación estereotipada que el niño mantiene consus semejantes y que
prueba, sin duda alguna, que al principio vive y se localiza en el otro:
"Esta captación por medio de la imago de la forma humana (...) domina,
entre los seis meses y los dos años y medio, toda la dialéctica del
comportamiento del niño en presencia de su semejante. Durante todo este
periodo se registrarán las reacciones emocionales y los testimonios
articulados de un...
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