dante gebel arenas del alma

Páginas: 24 (5877 palabras) Publicado: 11 de abril de 2013
L AS ARENAS DEL
ALMA
Capitulo 1........Me lo dicen tus ojos
Capitulo 2........Un Almuerzo divino
Capitulo 3........Amigos de carne quemada
Capitulo 4........El directorio del Reino
Capitulo 5........Cuando debió y pudo
Capitulo 6........La noche del día
Capitulo 7........El desierto personal
(primer dia de camino)
Capitulo 8........El desierto espiritual
(segundo dia de camino)Capitulo 9........El desierto ministerial
(Tercer dia de camino]
Capitulo 10......Mucho mas que peces
Capitulo 11......Hay movimiento allá arriba
Capitulo 12......El grito de un ángel
Conclusión......Lo has hecho bien

C APÍTULO UNO

M e lo dicen tus ojos
«

Aconteció después de estas cosas...» (Génesis 22:1).

C

reo que los que crecimos en alguna iglesia y
dibujamos garabatosimaginarios con el dedo en
algún banco dominical, tuvimos un momento en
el que algún predicador nos impactó por primera vez.
Entre las decenas de sermones aburridos y sin sentido,
tuvo que haber uno especial, uno que llamara nuestra
atención de adolescentes.
Haz un esfuerzo por recordar. Tuvo que haber uno. Yo
recuerdo ese momento.

L AS ARENAS DEL ALMA

Me lo dicen tus ojos

En mis tiemposde juventud no teníamos grandes
invitados. El «tráfico de ovejas» era una utopía. Uno
podía pasarse toda una vida en el asiento de una congregación sin siquiera enterarse de que existían otras
iglesias en el resto del planeta. Después de todo, el cielo
ya tenía bastante con alistar un buen lugar para los
setenta y tres hermanos de la congregación. A quién
podía ocurrírsele que el paraísoadmitiría extraños d e
otra denominación?
Pero un buen día, alguien tuvo la descabellada idea
de invitar a uno de esos extraños.
Han pasado unos veintidós años y aún me parece
verlo llegar. Era extremadamente delgado, y no medía
más de un metro cincuenta. Cargaba un maletín negro
con ribetes de acero, un trombón y una guitarra criolla.
Llegó con gran parte de su familia y dijo que tenía
unmensaje de parte del Señor. Si este hombrecillo quería llamar nuestra atención, ya lo había logrado.
Para empezar, la totalidad de los pocos predicadores que habíamos conocido solo decían algo, sin e m b a r g o , este parecía realmente tener algo que decir.
Pidió estar media hora a solas con Dios antes de
exponer su sermón. Y alguno de nuestra congregación le
ofreció gentilmente nuestrosótano impregnado de
humedad. No me mires así, no existían los camerinos ni
las oficinas privadas en el lugar de donde vengo.
Luego de unos monótonos himnos mal entonados
por alguien, cuyo nombre evitaré dar por cuestiones
obvias, el pequeño hombre subió de las profundidades
de nuestro acogedor sótano.
Se notaba que había estado llorando y que sentía
una enorme responsabilidad al tener quepredicar.

Fue la primera vez que alguien no estaba interesa-do
en llevarnos a la presencia del Señor, sino en bajar al
Señor a nosotros. El hombre de cuerpo frágil se paró en
el estrado y el silencio fue ensordecedor.
Tal vez se percató de nuestra desmedida expectativa
y por ello sonrió y dijo:
-Voy a t ocarles tina canción.

Seguidamente entonó el bellísimo himno «Cuán
grande es Él» con sutrombón a vara.
Confieso que nunca he tenido demasiada noción con
respecto a la música, pero aún puedo oírlo tocar. Ese
hombre no estaba haciendo música, sencillamente
lograba bajar las melodías del cielo a nuestra pequeña y
remota congregación. Quieres imaginarte cómo suena la
sinfónica en la eternidad? Alguna vez te imaginaste cuál
sería la música funcional del Departamento Celestial?Entonces, permítele tocar el trombón a este hombre de
dedos frágiles.
La atmósfera de la congregación estaba literalmente
electrificada mientras que nuestro extraño invitado
recorría la nave principal del templo tocando su trombón
a vara. Cuando terminó de ejecutar el último estribillo, el
sollozo de la gente invadía el recinto.
Pero todavía no había llegado el momento en que
lograría...
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