Dasasas
El equipo está en construcción. Es como el auto que venía mal de chapa, mal depintura y con el motor complicado. El usuario anterior, Julio César Falcioni, lo entregó en mal estado. Y Bianchi recién está lijando las puertas para aplicar el color que más le gusta. Por eso sufrióBoca en el comienzo. Por las cosas que su formación todavía no es. Y lo ganó, luego, por las que, probablemente, será.
Quilmes planteó su partido en términos del plato chico. Presión en todos lossectores, corrosión de los intentos elaboradores de Boca y descarga rápida hacia los delanteros. Y se aprovechó, claro, de las deficiencias del conjunto local a la hora de marcar. Somoza volvió a hacergala del concepto que Bianchi marcó en la pretemporada. Miró a la pelota todo el tiempo y dejó cabecear en soledad Olivera. Y repitió su falta de claridad para los pases en la jugada previa al gol deMenéndez. Por su bajo nivel y los interminables fallos de Caruzzo y Guillermo Burdisso, el Cervecero encontró un 2 a 0 inmediato.
En la primera media hora, Boca repitió actuaciones de otro tiempo.El mediocampo jamás elaboró fútbol de manera continuada. Su volante central perdió permanentemente y Erviti y Pol Fernández estuvieron más en el piso que con la pelota en los botines. Menéndez yMartín Cauteruccio fueron los veloces intérpretes que complicaron a las espaldas de Clemente Rodríguez y Christian Cellay. Santiago Silva volvió a jugar más al rubgy que al fútbol y les facilitó la...
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