dasdsadas










Todos buscamos cosas diferentes al abrir un libro, buscamos cubrir nuestras necesidades, buscamos respuestas, buscamos ocultar nuestra soledad, buscamos comprender la vida, buscamos aventuras, buscamos amores, buscamos realidades, buscamos explicaciones, buscamos entretenimiento, buscamos educación, buscamos mejorías, buscamos tragedias, buscamos misterios, buscamos mundos,buscamos sueños.
Todos buscamos cosas diferentes al abrir un libro.











Nadie tiene la verdad de las cosas, nadie tiene la verdad del mundo, ni siquiera de su propio mundo, crecí creyendo que la vida era sencilla, que no debía preocuparme por grandes cosas, que no existían mayores problemas, estaba acostumbrada simplemente a vivir la vida de manera fácil, creyendo que sólo estabaaquí de paso, que nadie me echaría de menos, no me aferraba a nada.
Solía pasar horas perdiendo el tiempo, sentada, pensado en mi futuro y en las posibles cosas que haría, pero cada día que me sentaba, ahí a perder el tiempo mis sueños y proyectos cambiaban, llevaba una vida común, como la de los demás, que se dejan llevar por el tiempo, por el mundo, por las masas. No me preocupada hacer ladiferencia, no quería resaltar, no quería ser reconocida, no quería vivir más.
Llevo varios años viviendo sola, realmente no tan sola, vivo en compañía de un pez, el cual ha estado a mi lado alrededor de dos días, el cual me fue obsequiado por una amiga, Tanía, una chica que realmente afortunada, vive feliz con su esposo y un par de pequeños Luis y María, tuvo la suerte de contraer matrimonio con unalto ejecutivo a quien nunca se le acaba el dinero,que paga cualquier capricho que ella o los niños tienen, vive una vida realmente fácil, en una hermosa casa, tres o cuatro autos, siempre la veo en uno distinto y justo ahora que comparo la vida de Tanía con la mía, la mía es un basurero completo, lleno de desechos de familiares, amores del pasado, varios vecinos y amigos, que cada día seacumulan al pasar del tiempo, al punto que me he convencido que algún día no cabrá más basura allí, no tendré donde más guardarla y moriré.
Caminaba por la calle por lo menos unos veinte minutos todos los días en la mañana, veía a la misma gente, las mismas cosas, nada impresionante, de vez en cuando saludaba a algunas personas o sonreía un poco a quien se quedaba mirándome fijamente, aún no se por quelo hacían, miraban mi liso y despeinado cabello el cual recogia, un poco rubio, un poco marrón, solían detallar mis ojos, cafés como aquellos que suelen quitar el sueño, pero en realidad yo no me fijaba en nadie, no quería involucrarme con nadie, sólo iba camino a la oficina.
En cuanto a mi trabajo, no tenía nada de especial, dirigía una agencia de periodismo al punto de la quiebra, un grupo deperiodistas que tenían una vida igual o peor de miserable a la mía, en la cual solo tocaban la puerta para quitarnos dinero, cobrarnos dinero, dejarnos sin dinero. Todos los días nos reuníamos en la misma mesa, en la misma sala a hacer la misma junta de todas las mañanas y allí siempre estaban todos, Carl con sus gafas de diseñador que le daban un toque afeminado, Lucia, una antigua ejecutivaquien fue despedida de su trabajo por tener relaciones con su jefe, Loren , no estaba segura de su sexualidad, sólo tenía claro que era un ser humano, Mario el italiano que se creía dueño de la agencia, imponente, amenazante, en quiebra y por último el más callado de todos Eric, que realmente no tenía ni idea de por qué estaba ahí, me ha acompañado desde que decidí abrir esta estúpida agencia deperiodismo para informar al mundo de la verdad, Eric tenía dinero, tenía una familia, era feliz y aun así prefería acompañarme a mi en mi desgracia, de todas las mañanas, en esa fría y escalofriante junta, que jamás llegaba a algo bueno.
Después de hablar de todos los problemas que tenía las personas que trabajan junto a mi, tocaron la puerta, sentí como ese fuerte golpe en la blanca y solida...