David Hume - Discursos políticos

Páginas: 148 (36879 palabras) Publicado: 3 de abril de 2013
DISCURSOS POLITICOS [*]
David Hume
[1752]

INDICE DE LOS DISCURSOS
I.- Sobre el Comercio – II.- Sobre el lujo – III.- Sobre el dinero – IV.- Sobre el interés del dinero – V.- Sobre la balanza del comercio – VI.- Sobre la balanza del poder – VII.- Sobre los impuestos – VIII.- Sobre el crédito público.

DISCURSO PRIMERO
SOBRE EL COMERCIO
La mayor parte del género humano puede dividirse endos clases: una de los espíritus superficiales, que no hacen más que desdorar la verdad, y otra de los espíritus sólidos, que la profundizan. La última es con mucho la menos numerosa, y me atrevo a decir que es la más útil y la más estimable. En efecto los que la componen a lo menos sugieren ideas y hacen nacer dificultades, que quizá nos siempre tienen talento para resolver; pero que muchasveces dan lugar a descubrimientos importantes si son manejadas por sujetos mas capaces y de un espíritu mas penetrante. El mayor defecto que puede reprehenderse en ellos es que sus discursos son siempre superiores a la capacidad del vulgo; pero si bien es cierto que cuesta un poco de trabajo el entenderlos, también es constante que en compensación se tiene el gusto de aprender las cosas que seignoraban. Poco nos importa un autor que solo nos dice lo que diariamente se habla en los cafés.
Los hombres superficiales son naturalmente dados a desacreditar los entendimientos sólidos y pensativos que solo se ocupan en meditar e investigar, y no creen que pueda caber exactitud en todo lo que es superior a la esfera de su conocimiento. Confieso que hay casos en que a fuerza de refinar se hace unsabio sospechoso de error, o en que no discurre de modo alguno, y pasa por un hombre alegre y natural. Cuando alguno reflexiona sobre su conducta en algún negocio particular y se forma un plan de política, de economía, de comercio o de otro cualquiera asunto, no se le ocurre argumentar en forma, ni hacer un largo tejido de razonamientos. En cualquiera de estos casos sucedería seguramente algúnaccidente que descompondría la unión de sus silogismos, y de lo cual resultaría un efecto diferente del que él se habría imaginado. No sucede así cuando se discurre sobre asuntos generales; y puede asegurarse que las especulaciones nunca son demasiado sutiles siempre que sean exactas, y que la diferencia entre un hombre ordinario y un hombre de entendimiento consiste precisamente en la frivolidad o en lasolidez de los principios de que uno y otro parten.
Los razonamientos generales parecen embrollados únicamente porque son generales: además no es fácil al común de los hombres distinguir en una infinidad de casos particulares, la circunstancia que es común a todos, o hacer de ella un extracto, digámoslo así, sin mezcla de otra alguna circunstancia inútil. Todos sus juicios, todas susconclusiones son particulares. No les sería posible extender su vista a aquellas proposiciones universales que contienen en sí una infinidad de puntos individuales y encierran toda una ciencia en un teorema singular. Sus ojos se hallan confundidos y ofuscados con una perspectiva tan vasta, y las consecuencias que de ella resultan, por grande que sea la claridad con que se enuncian, parecen oscuras yconfusas. No obstante esta obscuridad aparente, es cierto que los principios generales, si son sólidos y exactos, deben quedar siempre superiores, en el curso general de las cosas, bien que puedan salir fallidos en los casos particulares. Pero el curso general de las cosas es a lo que deben dirigir los filósofos principalmente su atención, sobre todo en el gobierno interior del Estado, donde el bienpúblico, que es, o a lo menos se supone que debe ser su principal objeto, depende del concurso de una infinidad de circunstancias, en lugar que en el gobierno exterior depende de ciertos casos fortuitos y del capricho de un pequeño número de personas. Y de aquí es de donde nace la diferencia entre las deliberaciones particulares y los razonamientos generales, y que es causa de que la sutileza y el...
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