David Y Claudia

Can you hear them?
The helicopters?
I'm in New York
No need for words now
We sit in silence
You look me
In the eye directly
You met me
I think it's Wednesday
The evening
The mess we're in and
The city sun sets over me

Night and day
I dream of
Making-love
To you now baby
Love-making
On-screen
Impossible dream
And I have seen
The sunrise
Over the river
The freeway
RemindingOf this mess we're in and
The city sun sets over me

What were you wanting?
I just want to say
Don't ever change now baby
And thank you
I don't think we will meet again
And you must leave now
Before the sunrise
Above skyscrapers
The sin and
This mess we're in and
The city sun sets over me
Pj Harvey: This mess we’re in
- ‘te puedo hacer una pregunta?’ dijo él.
- ‘claro.’- ‘por qué has puesto esa canción la última?’
- ‘porque es la última que me has mandado.’
- ‘de verdad?’
- ………..
Estaba ya en la puerta de embarque y no se lo podía creer. Parecía una cría tonta sin poder parar de llorar y bien pensado no era para menos. Él le había pedido que no fuera. No se encontraba bien, llevaba un tiempo muy perdido y confuso y no se perdonaría que, nosolo tuviera unas vacaciones aburridas, si no malas, y a pesar de la advertencia, ella iba a ir de todos modos. Claro que era para llorar. También se sentía confusa, perdida y asustada y le tenía mucho miedo. En ese precioso medio día de agosto madrileño en medio de la terminal de barajas, sola y cansada, se sintió pequeña y desamparada.
Había pasado un mes más o menos desde que habían empezado aplanear el viaje. Tuvieron una relación especial el verano anterior y habían permanecido en contacto todo el año a través de cartas, mensajes, de música o de recomendaciones literarias. Compartían muchas cosas, ya lo sabían, y terminaron de conocerse a través de la red. Les había unido una casualidad y cuando él se fue, descubrieron que les unían muchas más cosas.
Una pena pensaba ella siemprecuando, al volver a la realidad, se daba cuenta que estaban realmente lejos.
Lo había llevado bien a pesar de todo. La vida continúa y todo lo relacionado con ese hombre era un mundo de misterio, intenso, de sentimientos extremos que la sacaban de sus rutinas y la obligaba a cambiar de plano, a recordar sensaciones que había olvidado. Las cartas, esta obligación que se había creado de escribirsemanalmente, de escribir sobre lo que sentía, le habían venido muy bien. Le había ayudado a cambiar perspectivas, a considerar posibilidades, a recordar y comparar situaciones antiguas con su presente, a dar al fin, una nota de color a su día a día y tampoco sabía cómo estaba él, ni en realidad le importaba demasiado. Era como un oráculo misterioso sin cara a penas y sin materia, depositario de susmayores secretos y miserias, carente de juicio. A ella le bastaba con eso. A veces él también la hacía partícipe de sus cosas y no se daban consejo. Ninguno lo pedía y si que podían dar un punto de vista sobre la situación del otro o cómo lo veían pero siempre libre y sobre todo, libre de recomendaciones.
Konstantyn nunca había estado contento desde que se había ido de Madrid pero tampoco hacíamucho por cambiar la situación. Ella no le entendía ni sabía exactamente por qué sufría tanto. Se había ido de España se supone que para estar mejor pero ese día no llegaba. Y tampoco volvía y al fin la conclusión siempre era la misma. No debía estar tan mal. Había huido a Australia en otoño del año anterior y nunca llegó a encajar allí, o eso parecía.
Al principio si le creía y se atrevió a dar unaposibilidad, decirle lo que ella haría, volver sin duda a su ciudad, a la que le había acogido, a la que había sido su casa tantos años, Madrid, pero él dijo que no podía hacer esto. No podría regresar. Nunca le volvió a decir nada en este sentido ya que no sabía exactamente el motivo de la escapada, debía ser algo importante y él desde luego no estaba por la labor de compartirlo. Desde ese...