David y Goliat

David y Goliat


David llevaba dos días sin comer, solo mordisqueaba una galleta cuando su estómago chirriaba del hambre, y es que a sus 11 añitos David había aprendido a burlarla, quien lo vieraaseguraría que aún no ha cumplido los 9 años, tan bajito que aun no alcanzaba los 1,20 de estatura, pero era más desolador ver su extrema delgadez, sus bracitos y piernitas parecían unas ramitas quebrotaban de un tronco seco, lo único protuberante era su vientre hinchado por los parásitos y en contraste solo lo que le delataba vida a aquel ser era sus enormes ojos negros que se perdían en unamaraña de pelo desordenado que caía rebeldemente por su cara..

Cuando pasó frente al banco de la avenida se paralizó del miedo al casi estrellarse con un enorme rottweiler que permanecía estáticosujeto a un arnés y a su amo. Por un eterno instante cruzaron las miradas el chico y el can, a David lo asaltó un estupor frío, mientras que el enorme perro exhibía una pequeña confusión, pues noimaginaba que aquella insignificante criatura fuera una posible amenaza para su amo o para el banco.

Sólo rompió el tétrico silencio la voz del vigilante del banco que llamó a su perro por su nombre:-¡Goliat!, Sit –y el corpulento y fiero canino echó su azabache cuerpo sobre el andén.

David aún perplejo, quería cruzar la acera, pero se lo impedía la mirada de fuego de Goliat, había caído enel magnetismo del animal, como esas indefensas victimas asechadas por una gran cobra. Estaba petrificado como los antiguos griegos que caían en el hechizo de la Gorgona Meduza.

El vigilantepercatándose de la tensión entre el David y Goliat, le hizo un ademán al niño de la calle para que se alejara y no inquietara a su perro, el niño no reaccionaba y fue casi a empellones que el vigilanteretiró al chico de la fachada del banco.

David había dado dos, tres pasos sin dejar de ver los ojos de Goliat, no se había dado cuenta que no andaba sobre la acera, que caminaba sobre la calle,...