David
Se levantó de su lugar de descanso y se propuso encontrar algo más interesante que hacer, además, su estómago exigía alimento, debía buscar algún sitio donde conseguirlo. Mientras caminaba, evitandoser empujado por aquellos que no lo veían debido a su reducida estatura, encontró el lugar perfecto para cenar, pero cuando se disponía a entrar, el portero lo miró con desdén e hizo una desagradable mueca de asco mientras, al mismo tiempo, lo alejaba lanzando gritos incoherentes y patadas al aire. ¿Qué había hecho?, ¿Por qué siempre reaccionaban de esa forma las personas?, muy pocas eran aquellasque lo recibían de buena gana, y hasta con gestos cariñosos… extrañaba el calor de su antiguo hogar, la comida servida en hermosos recipientes de plata, y la cómoda cama donde descansaba todas las noches. Pero nada podía hacer para volver al pasado, había aprendido a sobrevivir en las calles y seguiría haciéndolo todo el tiempo que lo necesitase. Al parecer, esa noche no comería nada. Decidióentonces, con la rabia y el hambre en el cuerpo, buscar un sitio donde dormir; deseaba con todo su ser encontrar un lugar cómodo, seguro y caluroso del cual no tuviese que huir en mitad de la noche. Sabía que era un pensamiento casi utópico, pero no escatimó esfuerzos en hacerlo realidad.
Minutos más tarde, se encontraba enfrascado en sus ideas cuando la poca luz del alumbrado público, iluminóuna silueta que lo desconcertó. Era hermosa, su cuerpo parecía tallado por ángeles, sus movimientos tenían una gracia de la que muy pocos podían jactarse y su esencia rosaba la perfección. Como si la sublime visión no fuera suficiente para él, una exquisita fragancia entró de golpe por su nariz; era un olor que le aseguraba que su encuentro no era fortuito, estaban destinados a encontrarse. Deinmediato, un instintivo impulso lo obligó a movilizarse. Debía conocerla.
Ella caminaba unos cuantos metros más adelante, él, al mismo tiempo que aceleraba el paso para darle alcance, observaba con asombro el hermoso abrigo de piel que su próxima amante cargaba; blanco y puro, no había mancha que destruyese la nívea magnificencia aquel traje que, por cierto, se le ajustaba perfectamente alcuerpo, resaltando las cuidadas curvas de su figura. Bastaron apenas unos segundos para que se presentara la oportunidad de entrar en acción. Una transitada intersección vehicular detuvo el avance de su hembra. Atraído por aquella fragancia celestial, aceleró el paso, comenzó a trotar entre la muchedumbre y luego a correr lo más rápido que pudo, daba saltos de vez en cuando aprovechando irregularidadesdel terreno para avanzar más a prisa. Esa era una de las ventajas de su tamaño, podía pasar por lugares que los demás transeúntes jamás lo lograrían.
Alertada por su desarrollado sentido del olfato, ella sintió que algo se acercaba amenazante, un escalofrío recorrió su cuerpo erizando hasta el último de sus pálidos cabellos y la obligó a voltearse. Al hacerlo, vio dos brillantes ojos doradosque se aproximaban rápidamente. El miedo se apoderó de su cuerpo, no quería que sucediera esto, no otra vez, debía defenderse.
Él, en cambio, cegado por el deseo, vio el rostro de su amada y fue como encontrarse de frente con una divinidad, unos ojos azulados le tocaron el alma, lo llamaban, lo incitaban a actuar. Redujo la velocidad y caminó con paso seguro, el aroma era aún más fuerte,...
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