dayii
Páginas: 28 (6799 palabras)
Publicado: 1 de mayo de 2013
Como vimos al hablar del descubrimiento de Röntgen, en 1895 el genial alemán publicó su “Über eine neue Art von Strahlen”, donde describía la extraordinaria y extrañísima forma de radiaciónque denominó rayos X. Por supuesto, aunque muchos al principio pensaron que Röntgen había perdido el juicio (como él bien predijo antes de publicar sus datos), muchos otros científicos de todo el mundo se apresuraron a comprobar las observaciones de Röntgen –que eran realmente sencillas de replicar, si se disponía de los materiales adecuados– y a tratar de explicar la naturaleza de esos misteriososrayos, ya que planteaban muchas preguntas sin contestar.
Uno de esos científicos fue el francés Antoine Henri Becquerel, siete años más joven que Röntgen. El galo provenía de un largo linaje de físicos y, cuando Röntgen publicó sus datos, era el tercer Becquerel que ocupaba la Cátedra de Física del Muséum National d’Histoire Naturelle de París. En cuanto leyó sobre el trabajo de Röntgen,Becquerel se puso manos a la obra para desentrañar los misterios de la radiación X.
Como recordarás, Röntgen había producido sus rayos X utilizando tubos de rayos catódicos, y los rayos producían fenómenos de fotoluminiscencia sobre una pantalla pintada con determinada sustancia (de hecho, que la pantalla brillase cuando el tubo estaba tapado fue la pista que llevó al alemán a descubrir la nuevaradiación). Becquerel se preguntó entonces lo siguiente: si ese brillo fosforescente estaba asociado a los rayos X, ¿quería eso decir que todo brillo luminiscente estaba asociado a radiación X?
No era difícil responder a esa pregunta, porque se conocían, por ejemplo, diversas sales con propiedades fosforescentes, y detectar la radiación X no era difícil. ¿La respuesta a la pregunta de Becquerel? Nosiempre pasaba eso. Muchos fenómenos fotoluminiscentes no tenían nada que ver con los rayos X de Röntgen. Esto hubiera podido resultar decepcionante, si no llega a ser por el hecho de que, por pura casualidad (como tantas veces en ciencia), Becquerel observó otro fenómeno diferente, nuevo y fascinante, al realizar los experimentos con sales fosforescentes.
Becquerel expuso sales de uranio a la luzsolar durante un tiempo, y luego hizo algo parecido a los experimentos de Röntgen: envolvió la sal de uranio en papel (e incluso láminas de metal, en algunos casos) y puso placas fotográficas cerca, para detectar radiaciones penetrantes emitidas por la sal. Efectivamente, tras unas horas de exposición al Sol, las placas fotográficas quedaban veladas por alguna radiación. Becquerel se preguntóentonces si la sal estaba, de igual manera que tantas sustancias fotoluminiscentes, absorbiendo de alguna manera la radiación Solar y luego emitiendo de nuevo la energía que había absorbido.
De modo que, en otro experimento, Becquerel tomó la sal de uranio y realizó directamente la segunda parte del experimento, sin exponerla antes a ninguna radiación, ni solar ni de ningún otro tipo. Y las placasfotográficas se velaron.
Para comprobar el grado de penetración de la radiación emitida por la sal de uranio, Becquerel colocó diversas sustancias entre ella y la placa fotográfica. Una de ellas fue una lámina de cobre en forma de cruz, y ésto fue lo que vio el francés:
No cabía la menor duda: la sal de uranio estaba emitiendo, de forma espontánea, algún tipo de rayos que atravesaban distintas...
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