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Semblanza
Nacido en Waco, Texas, Estados Unidos, en 1916. Se licenció en Filosofía en la Universidad de Texas y, dos años después, se doctoró en la Universidad de Wisconsin. Se inició enla vida académica en la Universidad de Maryland, donde permaneció cuatro años, antes de incorporarse a la neoyorkina Columbia University en 1945, donde ejerció la docencia en Sociología. Con una vida y una obra intensa y polémica como sociólogo, participó en los debates de la escena pública a través de sus artículos periodísticos sobre la sociedad americana.
Falleció en 1962, a los 46 años.Fuente: http://www.infoamerica.org/teoria/mills1.htm
El documento de C. W. Mills
Hoy en día los hombres advierten con frecuencia que sus vidas privadas son una serie de añagazas. Se dan cuenta de que en sus mundos cotidianos no pueden vencer sus dificultades, y en eso muchas veces tienen toda la razón: lo que los hombres corrientes saben directamente y lo que tratan de hacer está limitado porlas órbitas privadas en que viven; sus visiones y sus facultades se limitan al habitual escenario del trabajo, de la familia, de la vecindad; en otros medios, se mueven por sustitución y son espectadores; y cuanto más cuenta se dan, aunque sea vagamente, de las ambiciones y de las amenazas que trascienden de su ambiente inmediato, más atrapados parecen sentirse.
Por debajo de esa sensación deestar atrapados se encuentran cambios aparentemente impersonales de la estructura misma de so¬ciedades de dimensiones continentales. Los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de hombres y mujeres individuales. Cuando una sociedad se industrializa, el campesino se convierte en un trabajador, y el señor feudal es liquidado o se convierte en un hombre denegocios. Cuando las clases suben o bajan, un hombre tiene trabajo o no lo tiene; cuando la proporción de las inversiones aumenta o disminuye, un hombre toma nuevos alientos o se arruina. Cuando sobrevienen guerras, un agente de seguros se convierte en un lanzador de cohetes, un oficinista en un experto en radar, las mujeres viven solas y los niños crecen sin padre. Ni la vida de un individuo nila his¬toria de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas.
Pero los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes que sufren en relación con los cambios históricos y las contradicciones institucionales. Por lo común, no imputan el bienestar de que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Rara vez conscientes de la intrincada conexión entre el tipo de suspropias vidas y el curso de la historia del mundo, los hombres corrientes suelen ignorar lo que esa conexión significa para el tipo de hombres en que se van convirtiendo y para la clase de actividad histórica en que pueden tener parte. No poseen la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y del mundo. No pueden hacerfrente a sus problemas personales en formas que les permitan controlar las transformaciones estructurales que suelen estar detrás de ellas.
No es de extrañar, desde luego. ¿En qué época se han visto tantos hombres expuestos a paso tan rápido a las sacudidas de tan¬tos cambios? Que los norteamericanos no hayan conocido cambios tan catastróficos como los hombres y las mujeres de otras sociedades, se...
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