De alturas y sucesiones

De alturas y sucesiones

Alejandro Feijóo

Como bien dice el popular dicho, el que nace para líder es al ñudo que lo ignoren. Y si no que se lo pregunten a Don José María Aznar López, a la sazónpresidente del gobierno español, quien últimamente no hace más que deslumbrar en los más ilustres foros de la escena internacional. Por asfaltar el camino con cierto puntillismo biográfico, diremosque quien hoy es excelsa figura comenzó a despuntar en los más grises corredores de una oscura delegación de hacienda, donde fue inspector. Los elegidos que entonces cruzaban saludos con este pequeñogran hombre no podían imaginar que detrás de su bigote cualunque dormía agazapado un auténtico animal político, dicho esto con sumo respeto para ambos colectivos. Muerto el Caudillo, el joven inspectorfue escalando los peldaños de la entonces Alianza Popular, heredera directa de la rama política del franquismo y embrión del actual partido gobernante, en una época, todo hay que decirlo, en que serde derechas era una postura ciertamente demodé. Pero nuestro héroe aguantó con entereza los embates de la historia en general y de los votantes en particular. El paso de los años lo convirtió ensempiterno perdedor de cuanta elección general resaltara en el calendario. Ya se sabe, en el otro rincón, un por entonces exultante Felipe González cosechaba victoria inapelable tras victoria inapelable.Hasta que una formidable e inédita operación de acoso y derribo (otro día hablaremos de ella) apartó al socialismo del poder. Entonces comenzó a forjarse la auténtica estatura política de José MaríaAznar, que por arte de la mayoría absoluta se duplicó en ésta, su segunda legislatura. Ahora, nuestro líder acaba de coronar una semana con la que cualquier otro mortal hubiera dado las hurras parasiempre. Nombrado por unanimidad presidente de la Internacional Demócrata Cristiana, Aznar ha conseguido los favores de la mismísima Comisión Europea, que ha incluido a Batasuna (siete diputados en el...