De cadenas y de hombres
Primer destino: soldadura. Y tres sensaciones:el olor áspero del hierro quemado, el ruido de taladros y sopletes y el gris. Porque todo es gris.
El joven fracasa en esta y en otras funciones hasta quedar en los balancines. Ahora su percepciónvaría por completo, pues el desplazamiento de los coches “aparece tan implacable como “un torrente imposible de controlar”. No hay detención y es el obrero el que debe estar en movimiento continuo. “Laacumulación de retraso es lo que se llama “hundirse”, y a veces es tan angustiosa como el naufragio”.
El primer día fue de pesadilla. Luego descubrirá que aquel es aterrador para cualquiera. De noser por la ayuda del argelino Mouloud o del yugoslavo Georges, el hundimiento era seguro. La Citröen es una máquina de devorar inmigrantes. “Vertiginoso torbellino de nacionalidades, de sociedadesdestruidas, (...) arrojadas en migajas a los múltiples canales de drenaje de la fuerza de trabajo”. Mouloud como otros inmigrantes tiene la categoría más baja. Pronto escupirá pedazos de estaño. Dentro dela fábrica, ningún cuerpo está a salvo.
El “establecido” teme olvidar porqué está allí, pues el peligro es “conformarse con el puro milagro de sobrevivir”. Nunca había percibido con tanta agudeza elsentido del término ‘economía’. Economía de gestos, de palabras, de deseos.
Cada minuto de descanso robado es como una gran estafa. Ironía, porque para Citroën “todos los obreros son delincuentesque todavía no han sido atrapados con las manos en la masa...”.
En la cadena, a hurtadillas de los jefes, se discute y se traban amistades. Pero allí está Junot, presidente de sanciones y despidos, exmilitar colonial que cambió el ejército por la Citröen. Para la mayoría, el sindicato es una institución más de la fábrica. La resistencia está en la solidaridad y en generar pequeños “accidentes”...
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