De despedida
Aplicando matemáticas y echándole lápiz, nos damos cuenta de que dentro de un año, o un poco más, recibirán –por puragracia de Dios—el sacramento del orden sacerdotal. Ese será un acontecimiento cumbre y decisivo para el resto de su vida, al que por supuesto esperamos asistir –o más bien esperamos que nos inviten-- para ser testigos de las obras y maravillas que el Señor hace.
Pensaba, precisamente en que para ingresar al seminario y llegar a ese momento anhelado de la ordenación sacerdotal, se nos presentan unaserie de requisitos fundamentales que hay que “efectuar” con suficiencia. Me encontré algunos y ahora los presento en forma de decálogo; por favor levanten la mano si es que lo cumplen: 1) Ser varón (creo que todos ustedes lo cumplen); 2) Estar bautizado; 3) Estar "incardinado"; 4) Tener buena salud física y psicológica; 5) Tener 25 años o más; 6) Tener formación de filosofía y teología; 7) Teneruna vida acorde a su misión o coherencia de vida; 8) Ser capaz de vivir el celibato; 9) Tener vocación al sacerdocio; 10) Querer darse completamente al amor de Jesucristo y de los hermanos.
Personalmente pienso que los números 9 y 10 del decálogo anterior deberían ser los primeros, es decir, “tener vocación al sacerdocio y la entrega generosa y amorosa a Dios y a los hermanos”. Sin estos, losdemás requisitos no tienen caso para aquel que tiene la intención de ordenarse.
Después de estos años de discernimiento estoy seguro de que están convencidos y ciertos de que Dios los llama al sacerdocio, de otro modo no tendría ningún sentido su estancia en el Seminario.
Hermanos, ustedes muy pronto serán consagrados como sacerdotes. Serán servidores: por amor a Dios, no se sirvan de los demás.Ya desde el seminario se han preparado para ser no otra cosa sino como aquel burrito del Domingo de Ramos que lleva a Jesús por todas partes; para ser ese Juan Bautista que indica con claridad que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. No busquen que los miren a ustedes y que los alaben a ustedes, sino que deben trabajar para que los fieles mantengan los ojos fijos en Jesús ysólo en Jesús.
Por el proceso formativo y por medio del sacramento del orden se configurarán en una imagen viva de Jesucristo, Cabeza y Pastor de la Iglesia: sean verdaderos pastores y cabezas, eviten ser lobos con piel de oveja; no sean ladrones, ni salteadores, den la vida por sus ovejas y no sean como el asalariado que si ve venir al lobo las abandona.
Serán constituidos también comomaestros. Hablen y defiendan la verdad, no busquen su propia conveniencia. Recuerden que las palabras mueven pero el ejemplo arrastra. Y en ese sentido la Iglesia necesita testigos y no simples maestros. Vivan lo que predican.
Recuerden que siguen a Cristo. Y que por él han renunciado a ustedes mismos y a más cosas, y han tomado su cruz; han decidido perder la vida por él. Aspiran ustedes a estar...
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