de donde eres?
El pie del diablo
[Cuento. Texto completo.]
Arthur Conan Doyle
Al relatarde vez en cuando algunas de las experiencias curiosas y los recuerdos interesantes que asocio con mi amistad íntima y prolongada con Mr. Sherlock Holmes, me he topado constantemente con lasdificultades que me ha causado su aversión por la publicidad. Para su carácter austero y cínico el aplauso popular siempre ha sido aborrecible, y nada le divertía más al cerrar con éxito un caso que traspasar elmérito a algún oficial ortodoxo, y escuchar con sonrisa burlona el coro general de felicitaciones equivocadas. Ha sido en realidad esta actitud por parte de mi amigo, y no desde luego la falta dematerial interesante, lo que en los últimos años me ha obligado a publicar muy pocos de mis relatos. Mi participación en algunas de sus aventuras siempre ha sido un privilegio que me ha exigidodiscreción y reticencia.
Quedé, pues, enormemente sorprendido al recibir el martes pasado un telegrama de Holmes -nunca se ha sabido de él que escribiera cuando bastaba un telegrama- en los términossiguientes: “¿Por qué no contarles el horror de Cornualles, el más extraño caso que se me ha encomendado?” Ignoro qué resaca de su cerebro había refrescado el caso en su memoria, o qué antojo le había hechodesear que yo lo relatase; pero me apresuré, antes de que llegara otro telegrama cancelando aquél, a rebuscar las notas que me darían los detalles exactos del caso, y a exponerles el caso a mislectores.
Fue en la primavera del año 1897, cuando en la férrea constitución de Holmes aparecieron algunos síntomas de debilitamiento frente a un trabajo duro, constante y del tipo más agotador,...
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