de gran aldea a ciudad moderna

LIMA: DE GRAN ALDEA A CIUDAD MODERNA

Lima: de Gran Aldea a Ciudad Moderna

Roberto Reyes Tarazona

Es casi un lugar común sostener que los nuevos narradores que surgen en la década de los años cincuenta instituyen el tema urbano en la narrativa, a tal punto que muchos críticos identifican a los cuentos y novelas
producidos en esos años como narrativa del neorrealismo urbano, no obstanteque la obra de Eleodoro Vargas Vicuña, en parte la de Carlos Eduardo Zavaleta y la de otros, como Rubén Sueldo Guevara, se puede inscribir
en una narrativa que podríamos denominar genéricamente «andina», para
no entrar en la polémica denominación de neoindigenista.
Sea conveniente o no generalizar la denominación de la narrativa de
esos años como del neorrealismo urbano –lo cual no vamos adiscutir en
estas páginas–, lo concreto es que el grueso de la producción narrativa de
esos años toma distancia de los temas rurales propios del indigenismo, así
como de su actitud en general ante el acto creativo. En buena cuenta, hay
razones de sobra para afirmar que la Generación del Cincuenta «descubre
la ciudad», traducida en ambientes, personajes, situaciones e historias, que
transcurrenpor lo general en Lima; aunque con una imprescindible observación: más preciso sería decir que la Generación del Cincuenta instituye
el tema de laciudad moderna en la narrativa peruana.
Esta precisión es esencial para ser justos con la producción de los
narradores que los antecedieron, por cuanto la presencia de la ciudad en la
narrativa en nuestro país se remonta a las tradiciones de Palma y alas
primeras novelas del modernismo, aunque lo que representan
narrativamente es la ciudad colonial o, si seguimos la clasificación de José
Luis Romero, propuesta en su clásico trabajo, Latinoamérica: las ciudades y las ideas1, la ciudad «patricia», cuando no la «criolla». La ciudad
1

José Luis Romero. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. México: Siglo Veintiuno editores,
1976.

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moderna –y la narrativa correspondiente–, empieza a consolidarse en nuestro país recién después de la Segunda Guerra Mundial; en Argentina, Brasil y México, este mismo proceso había empezado algunas décadas atrás.
Antes de esta etapa, existen dos truncados intentos de modernización
del país2, que pretendieron convertir a Lima en una urbe acorde con los
tiempos.En este trabajo, vamos a tomar como núcleo del periodo (primera
mitad del siglo XX) a los años veinte, una década de grandes cambios en el
país, que se reflejan sobre todo en Lima, y que en buena cuenta prefiguran
y sientan las bases de lo que será la capital en la segunda mitad del siglo.
La narrativa de la ciudad en la República Aristocrática3
En los años veinte, los poetas vanguardistasincorporan en su búsqueda de nuevos lenguajes poéticos imágenes urbanas, muchas veces audaces
y novedosas, adscritas a movimientos reconocidos por la crítica literaria,
reflejando en los mejores casos la nueva sensibilidad del siglo. En la narrativa, en cambio, el proceso de consolidación del género mediante la construcción de una nueva prosa y el establecimiento de nuevos temas y tratamientosnarrativos, se bifurca en diversas tendencias y resultados desiguales. En algunos casos, obras que parecían abrir una interesante línea
narrativa, quedan solo como meritorios resultados individuales, sin continuidad; en otros, las secuencias son de limitada calidad literaria.
Solo el indigenismo, por la coherencia de su propuesta y el gran nivel
literario alcanzado por sus dos mayoresrepresentantes, Ciro Alegría y
José María Arguedas, se proyecta en años futuros como una tendencia
consistente; a tal punto que para muchos intelectuales pareciera ser la única forma de expresión narrativa de la primera mitad del siglo XX; a lo más,
consideran que paralelamente solo existieron unas pocas obras aisladas.
Una de estas es La casa de cartón, de Martín Adán, reconocida como una
novela4 de...