De la brevedad de la vida
De las demás artes, donde quiera se encuentran muchos profesores, y algunas hay que aun los muy niños las han aprendido de modo que las pueden enseñar; mas la de vivir, toda la vida se ha de ir estudiando, y lo que más se debe ponderar es que toda ella se ha de gastar en aprender a morir. Muchos grandes varones, habiendo dejado todos los embarazos, renunciando las riquezas, oficiosy entretenimientos, no se ocuparon en otra cosa hasta el remate de su vida sino en el arte de saber vivir; y muchos de ellos murieron confesando que aun no habían llegado a conseguirla: ¿cómo, pues, la sabrán los que no la estudian? Créeme que es de hombres grandes, y que sobrepujan a los humanos errores, no consentir que se les usurpe un instante de tiempo, con lo cual viene a ser larguísima suvida, porque todo lo que ella se extendió fue para ellos, no consintiendo hubiese cosa ociosa y sin cultivar; no entregaron parte alguna al ajeno dominio, porque no hallaron equivalente recompensa con que permutar el tiempo; y así fueron vigilantísimos guardadores de él, con lo cual les fue suficiente: al contrario es forzoso les falte a los que el pueblo ha quitado mucha parte de la vida. Y noentiendas que éstos dejan de conocer que de aquella causa les procede este daño: a muchos de éstos, a quienes la grande felicidad agobia, oirás exclamar, entre la caterva de sus paniagudos o con el despacho de los negocios o en las demás honrosas miserias, que no les es permitido vivir. ¿Se maravillan de que no les sea permitido vivir? Todos aquéllos que se le allegan le apartan de sí. ¿Cuántos díaste quitó el preso, cuántos el pretendiente, cuántos la vieja cansada de enterrar herederos, cuántos el que se fingió enfermo para despertar la avaricia de los que codician su herencia, cuántos el amigo poderoso que te tiene no para amistad sino para ostentación? Haz (te ruego) un avanzo, y cuenta los días de tu vida, y verás cuán pocos y desechados han sido los que has tenido para ti. El otro, quellegó a conseguir el consulado que tanto pretendió, desea dejarlo y dice: «¿Cuándo se acabará este año?» Tiene el otro a su cargo las fiestas, habiendo hecho gran aprecio de que le cayó por suerte la comisión, y dice: «¿Cuándo saldré de este cuidado?» Escogen a uno para abogado entre todos los demás, y llénase el Tribunal de gente para oírle aun hasta donde no alcanza su voz, y dice: «¿Cuándo seacabará de sentenciar este pleito?» Cada cual precipita su vida, trabajando con el deseo de lo futuro y con el hastío de lo presente. Pero aquél que aprovecha para sí todo su tiempo, y el que ordena todos sus días para que le sean de vida, ni desea ni teme al día venidero; porque ¿qué cosa le puede acarrear que le sea disgusto? Conocidas tiene con hartura todas las cosas; en lo demás disponga lafortuna como quisiere, que ya la vida de éste está en puerto seguro; podrásele añadir algo, pero quitar no; sucediéndole lo que al estómago, que estando satisfecho y no cargado, admite algún manjar sin haberle apetecido.
CAPÍTULO VIII
No juzgues, pues, que alguno ha vivido mucho tiempo por verle con canas y con arrugas; que aunque ha estado mucho tiempo en el mundo, no ha vivido mucho. ¿Dirás tú,por ventura, que navegó mucho aquél que, habiendo salido del puerto, le trajo la cruel tempestad de una parte a otra, y forzado de la furia de encontrados vientos, anduvo dando bordos en un mismo paraje? Éste, aunque padeció mucho, no navegó mucho. Suélome admirar cuando veo algunos que piden tiempo, y que los que lo han de dar se muestran fáciles. Los unos y los otros ponen la mira en el negociopara que se pide el tiempo, pero no la ponen en el mismo tiempo; y como si lo que se pide y lo que se da fuera de poquísimo valor, se desprecia una cosa tan digna de estimación. Engáñalos el ver que el tiempo no es cosa corpórea, ni se deja comprender con la vista, y así le tienen por cosa vilísima y de ningún valor. Algunos carísimos varones reciben pago de otros, y por ellos alquilan su...
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